Lic. don Fernando Calderón y Beltrán, fue uno de ellos. Zacatecas ha sido prolífico en sus hombres y mujeres que han cultivado y cultivan las bellas letras, en el jardín florido de la poesía: Fernando Calderón y Beltrán, no obstante su corta vida, pues murió a los 35 años de edad, fue uno de los grandes.
Nació en la ciudad de Guadalajara, Jal., el 20 de julio de 1809, no obstante que sus padres eran zacatecanos, de familias nobles, ya que su padre don Tomás Calderón, era descendiente directo del Conde Santa Rosa. Su madre doña María del Carmen Beltrán, pertenecía a familias distinguidas y muy estimadas en Zacatecas, pero las circunstancias de la vida, llevaron al matrimonio, temporalmente, a la Perla Tapatía.
Allá vivió Fernando su niñez y estudió la primaria, regresando luego su familia a Zacatecas, donde hizo sus estudios preparatorios, pasando nuevamente a Guadalajara para estudiar la carrera profesional de leyes hasta recibir su título de abogado.
El aspecto físico de Fernando, no iba de acuerdo con su belleza de alma y de su poesía. En uno de sus libros de poesías, se le describe así: ?...Entretanto, con una patilla de columpio que alargaba y encallejonaba su rostro picado de viruela, nariz roma y labios gruesos que dejaban al descubierto unos dientes grandes y renuentes a una arreglada conformación. Fernando habría pasado por feo en grado heroico, sin la mirada de sus ojos garzos que iluminaban su fisonomía, haciéndola dulce y simpática por extremo?.
La alegría del fecundo poeta que era Fernando, el círculo social donde recitaba sus poesías, lo hacían participar en las tertulias literarias. Pero llegaron las penas, su madre, doña María del Carmen Beltrán falleció en 1823, y apenas tres años más tarde, en 1826, también falleció su padre don Tomás Calderón...
Seguía con la pasión de su vida, cultivando la poesía romántica, fina, y de una exquisitez extraordinaria. Ya convertido en abogado, decidió regresar nuevamente a Zacatecas, la tierra de sus mayores, donde cultivó una magnífica amistad con el Gobernador del Estado don Francisco García Salinas (Tata Pachito).
Con su vida política, poética y de obras teatrales que eran un rotundo éxito, se movía en un alto círculo de la sociedad zacatecana, y en ese ambiente le flechó cupido su corazón y contrajo matrimonio con una joven de la alta sociedad, la distinguida dama doña Manuela Letechipía, y de cuyo feliz matrimonio nació su hijo Fernando Calderón Letechipía, que pasado los años, también sería un magnífico poeta.
Era una familia de poetas. Una hermana de su padre, doña María Guadalupe Calderón y Beltrán, también era inspirada por las musas, produciendo magníficas poesías.
Don Fernando Calderón y Beltrán, cultivaba una bella amistad con los grandes hombres de letras que aplaudían sus obras poéticas y teatrales, entre los que se contaban Quintana Roo, Pesado, Gómez de la Cortina, Lacunza, Pacheco, Olaguíbel, Zozaya, Lafragua, Otero, Payno, y su hermano del alma don Guillermo Prieto.
El hermoso Teatro Calderón de Zacatecas, la Catedral del Arte, lleva el nombre de don Fernando Calderón para rendirle un perenne homenaje.
Los párrafos anteriores, son un fragmento del capítulo correspondiente a Calderón, en mi libro inédito Zacatecas y sus Hombres Ilustres, Filigranas, Fundaciones y Genealogías, 1546-2005. (709 cuartillas).