El Dr. en Matemáticas y maestro emérito de la Universidad de San Luis Obispo, California y Ex Mayor de la ciudad de Atascadero, Calif., acompañado de su distinguida esposa Úrsula Charlotte Kittler de Luna, acompañados de don Jesús García Reveles, supervisor de colegios en Bakersfield, Cal. y quien estuviera en la Casa Blanca durante el Gobierno de Clinton en el área de Estadística Nacional; así como el señor Ing. Manuel Zavala Prieto, jubilado de la Nasa y su esposa Elena Mejía Zúñiga, vinieron de los Estados Unidos a la fiesta del dos de febrero en Juanchorrey.
El Dr. Luna con su esposa y Jesús, llegaron a Torreón en automóvil y aquí abordamos el vehículo mi esposa Ana Rodríguez y yo, y nos trasladamos a Jerez, Zacs. y de ahí ellos continuaron a Tepetongo, desde donde nos desplazamos a Juanchorrey. El Dr. Luna hizo esta visita especial para conocer a varios hermanos de su padre: Crescencio, Leopoldo, Lorenza, Sarita, José Isabel, Emilia, Andrés y Rebeca, todos Luna Zúñiga, con sus numerosas familias. George fue recibido espléndidamente por todos los miembros de su familia.
Juanchorrey es un pintoresco pueblito al pie de la Sierra Madre Occidental. Tierra de gente buena, honrada y trabajadora, muchos de los cuales han triunfado en la industria de la tortilla por todos los rincones de México y parte de los Estados Unidos. De todas esas latitudes acuden a las fiestas del dos de febrero, día de la Candelaria, cuya patrona es La Inmaculada Concepción de María. Un ilustre hijo adoptivo de Juanchorrey, el escritor, periodista y maestro don Juan N. Carlos en la década de los cuarentas del siglo XX, le dedicó una hermosa canción cuya primera estrofa dice: ?Ranchito de Juanchorrey, por qué eres tan engridor, será por tus altos cerros, que están a tu alrededor, es donde vive una madre, que nos ama sin cesar, qué torrecitas tan blancas, alcanzo yo a divisar, es donde vive mi Virgen, hermosa estrella del mar?.
Esa imagen de La Inmaculada Concepción de María, bellísima, fue comprada a empeños de don Antonio González por el año de 1871. Es una escultura de singular belleza que mide un metro y diez centímetros. Está sujeta a una peana que representa al mundo sobre el cual se encuentra la bíblica serpiente, mostrando en sus fauces la simbólica manzana que causó la desgracia a la humanidad...
La fiesta resultó extraordinariamente hermosa. La misa del día dos fue concelebrada por el señor Obispo de Zacatecas Excmo. Lic. don Fernando Mario Chávez Ruvalcaba, XIII Obispo desde 1999, con cuatro sacerdotes y los dulces acordes sacros interpretados por el famoso Mariachi de Tecalitlán. La procesión, con la Virgen y más de cien arcos adornados de hermosas flores que formaban un mosaico multicolor, haciendo el recorrido por la calle nueva, vuelta por los durmientes y regresar a la plaza y luego a la hermosa iglesia que luce sus canteras labradas, y en la parte alta del altar principal, la Virgen de La Inmaculada Concepción de María, las flores desde el piso hasta lo alto de la cúpula y los miles de peregrinos que llegamos a postrarnos a sus pies. Por todo el pueblo, las músicas surcaban los horizontes; una profusión de cohetes como ráfagas, y tres castillos de fuegos artificiales que se dicen han sido los mejores que se han visto en Juanchorrey.
Mientras el Dr. Luna, su esposa y Jesús disfrutaban de la familia Luna, Manuel Zavala, Elena Mejía de Zavala, mi esposa Ana y yo, disfrutamos de las comidas con mis primos Jesús Robles de la Torre, su esposa y su familia, y con mi primo Benjamín de la Torre Robles y su esposa Julia Mejía de De la Torre.
El día tres el cronista de Tepetongo, mi amigo José Cupertino González Muro, su esposa Alicia Ávila de González y su familia, nos agasajaron con una espléndida comida, que también disfrutó mi sobrina Juanita Núñez y su hijo Guillermo, que fueron por nosotros para traernos a Zacatecas capital. Fue un maravilloso viaje de perenne recuerdo.
