EL UNIVERSAL
México, DF.- Las explosiones registradas la madrugada del lunes en el Distrito Federal apuntan a la autoría del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) informó la Procuraduría General de la República, quien también reveló que desde hace dos meses alertó sobre los atentados que ocurrieron la madrugada del lunes.
Fue en septiembre cuando la PGR solicitó a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) intensificar las inspecciones para detectar la compra y venta de explosivos, en previsión de posibles actos terroristas.
De acuerdo con un informe de actividades -en el apartado correspondiente a la Unidad Especializada en Investigación de Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas-, la dependencia pidió también supervisar a quienes cuentan con la autorización para fabricar explosivos y a quienes comercializan las sustancias químicas para la elaboración de pirotecnia.
La PGR planteó inclusive que la Administración General de Aduanas incremente las acciones para la detección de materiales pirotécnicos, explosivos y sustancias químicas utilizadas en su fabricación.
Para la PGR los actos ocurridos la madrugada del lunes son de la autoría del EPR y el ERPI ya que de los peritajes practicados hasta el momento se desprende que el tipo de material utilizado es similar a los atentados de 2001 y de este año en Oaxaca, que se perpetraron contra sucursales bancarias.
A través de un comunicado, la Procuraduría General de la República (PGR) informó que la colocación de las bombas fue realizada por una sola célula, integrada ?por al menos dos sujetos?, por lo que se insiste en que no son cinco los grupos subversivos -que se adjudicaron los ataques- los responsables de los bombazos?.
La PGR detalló que las diligencias realizadas sobre los artefactos colocados en la sede del PRI, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y en un banco fueron hechos con material explosivo similar al utilizado en otros atentados.
En todos los casos se empleó hidrogel, una de las sustancias explosivas utilizadas en los ataques a sucursales bancarias en 2001 en el Distrito Federal, así como en las agresiones registradas en el estado de Morelos en 2004.
