Efe
Belo Horizonte, Brasil.- El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, alentó ayer a los países latinoamericanos a recuperar su relevancia mundial y ver a Asia, no solo como desafío, sino también como una posibilidad.
En un discurso en la sesión inaugural de la Asamblea anual de gobernadores del BID, la primera en la que participa como presidente, Moreno subrayó la importancia de que los países de América Latina y el Caribe aumenten su participación en la economía mundial y "no pierdan el tren de la historia".
Tras apuntar algunos avances en materia económica, como el control de la inflación, el crecimiento promedio en la región, el descenso de los déficit fiscales o unos sistemas financieros más sólidos, subrayó los aspectos más negativos en evolución económica y social de la región.
El diplomático colombiano recordó que Latinoamérica es en términos relativos "menos importante ahora" que cuando se fundó el BID en 1959 y que su participación en el comercio mundial era entonces del 7.3 por ciento y hoy es del 5.1 por ciento.
Atribuyó ese descenso a "la formidable reemergencia de Asia", en especial China y la India, que crecen "a pasos agigantados" y a los que los países latinoamericanos deberían ver más como una posibilidad que como un desafío.
Según Moreno, América Latina y el Caribe se sube al tren de la historia y de la globalización "con muchas desventajas", sin integración física, sin educación de calidad, sin tecnología, instituciones sólidas, cohesión social, ni fondos estructurales para lograrla, y sin cobertura adecuada en los servicios públicos.
Dijo que "la integración de las Américas sigue un patrón contrario a la más exitosa experiencia de integración contemporánea, que es la europea".
Ante este panorama, preguntó qué deben hacer los países de la región para afrontar los "enormes desafíos" económicos y sociales, y para responder a las demandas insatisfechas.
Como presidente del BID, esbozó la política actual y futura del banco para que los países miembros superen los obstáculos y avancen hacia el desarrollo, para lo que subrayó la necesidad de tener una entidad financieramente sólida, más cercana a los ciudadanos y con un profundo conocimiento de la región.
Reducir los tiempos entre la aprobación y desembolso de los préstamos, financiar el cierre de las brechas que frenan la competitividad, apoyar programas estructurales de lucha contra la pobreza, aumentar los créditos al sector privado y apoyar proyectos de infraestructura regional que "conecten las Américas" forman parte de esa política que quiere promover.
Tras señalar que fue un error creer que la macroeconomía por si sola o la simple apertura del comercio "iban a obrar el milagro del desarrollo", Moreno manifestó dijo que esos son cimientos necesarios, pero no suficientes.
En ese sentido, preconizó "democratizar el comercio y el crédito, ampliar el acceso a la tecnología y abrir nuevos mecanismos de capacitación laboral y empresarial", entre las medidas que pueden ayudar al desarrollo y reducir la desigualdad.
