El Siglo de Durango
De febrero a la fecha, la Dirección General de Transportes del Estado de Durango (DGTE) ha cancelado de manera definitiva cinco licencias. No obstante, en este periodo ha emprendido 22 procedimientos de suspensiones de dicho documento, que pueden ser de uno a 12 meses.
Carlos Burciaga Rosales -director de la DGTE- expresa que están conscientes de que la cancelación o suspensión de una licencia afecta a familias enteras, pues por lo general es la única fuente de ingresos. Así que, en lugar de pensar en sanciones más estrictas, se debe dar mayor énfasis en la prevención.
?Hacer las penas más drásticas no es la solución adecuada, pero en un área tan delicada como el transporte público tienen que compaginarse las dos cosas: darle más duro a la prevención y, por otro lado, penas más duras, que realmente la piensen para hacerlo?, argumenta.
Las licencias que han sido canceladas fueron las pertenecientes a los conductores que participaron en dos accidentes que causaron gran polémica, el primero de éstos en el bulevar Francisco Villa, frente a conocido centro comercial, protagonizado por dos unidades del transporte público; y el segundo, entre un taxi y un camión de ruta, percance que afectó la pared del edificio de la Décima Zona Militar.
Así, a los cuatro conductores involucrados les fue quitado el documento que los autoriza para brindar servicio público.
Señaló que los demás procedimientos iniciados corresponden a choferes que fueron sorprendidos con aliento alcohólico, o dentro de algún grado de ebriedad, aunque especifica, en caso de ser el tercero, que es una falta grave.
?Nuestra área jurídica hace una valoración en ese sentido. No podemos ponerle la misma sanción a quien está con un tercer grado de ebriedad a quien tiene un aliento alcohólico?, razonó.
?Las sanciones varían. La ley nos marca que puede ser una suspensión de uno a doce meses o una cancelación definitiva según la gravedad de la falta que cometen?, explicó el funcionario estatal.
Pero percibe que gracias a los diferentes operativos y de las sanciones que se aplican, el número de choferes que conducen en estado inconveniente ha disminuido de manera considerable.
Y es que, contó, antes cada fin de semana se podían detectar hasta tres o cuatro casos de esta índole cuando ahora prácticamente se han erradicado.
Dijo que, además, cruzan información con los agentes de Vialidad para saber si, por su parte, han detectado a conductores del transporte público con aliento alcohólico, o bien, ya en estado de ebriedad pero, hasta el momento, tampoco han recibido información de esa índole.
?Con esos veintitantos procedimientos pues entre ellos se corre la voz?, apuntó para explicar la razón de la disminución de casos.
Argumentó que, por lo general, los conductores que son sorprendidos con aliento alcohólico no son precisamente porque trabajen en esas condiciones sino que ocupan la unidad de transporte público al salir de alguna fiesta familiar.
?Agarran el taxi, sólo le ponen que está fuera de servicio. Salen con sus copas de la fiesta, los agarra Transportes o Vialidad y se les quita el carro; incluso, se les hace su examen médico y sobre el parte que nos mandan es cuando iniciamos el procedimiento de cancelación?, platicó.
Pero se le da oportunidad al señalado de presentar su defensa, por lo que les brindan su derecho de audiencia. ?Depende la gravedad de la falta que definamos si la cancelación es de uno o más meses, o bien, una cancelación definitiva?, repitió.
Multas
Dependiendo de las faltas de los conductores del transporte público, se hacen acreedores a diferentes sanciones.
-Por manejar con aliento alcohólico es una multa de 458 pesos.
-Conducir en primer grado de ebriedad es motivo para una multa de 733 pesos.
-El segundo grado de ebriedad implica una multa de 916 pesos.
-El tercer grado de ebriedad es de mil 145 pesos.
-En todos los casos no tienen derecho a descuento.
-Además, se inicia un procedimiento de cancelación o suspensión de la licencia.
FUENTE: Carlos Burciaga Rosales, director de la DGTE.