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MADRID, ESPAÑA.- El escritor irlandés Ian Gibson, pidió la búsqueda científica de los restos del poeta Federico García Lorca, a fin de acallar los rumores y especulaciones sobre el lugar exacto donde fue enterrado tras su muerte hace 70 años.
En un artículo de opinión que publica en el diario español El País, el autor de Vida, Pasión y Muerte de Federico García Lorca se refirió a la polémica sobre el sitio exacto donde aseguran se encuentran los restos del poeta.
En su texto Lorca: Setenta Años Después, estimó que ?no es justo ni bueno para nadie que a estas alturas no se sepa la verdad de una vez por todas?.
?La única manera de saberla y de silenciar para siempre los rumores y las especulaciones y los bulos y las tonterías es efectuar, con la tecnología a punto que hoy existe -y de que dispone la Universidad de Granada-, la búsqueda científica de los restos del poeta y de los muertos a su lado?.
Gibson, uno de los principales estudiosos de la vida y obra del poeta, sostuvo que si la familia de Lorca, ?una vez hechas las averiguaciones, prefiriera dejarlos allí, estoy convencido de que nadie pondría la más mínima objeción?.
El escritor se mostró convencido de que los restos de Lorca, y los de un profesor y dos banderilleros asesinados junto a él, se encuentran al lado de un viejo olivo no lejos de la Fuente Grande de Alfacar, en Granada, al sur de España.
Se trata del maestro del pueblo de Pulianas, Dióscoro Galindo González, y los toreros Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas.
Recordó que a pesar de ese convencimiento que parte de investigaciones de muchas personas y el testimonio de la persona que enterró los restos mortales, 40 años después siguen circulando por Granada, versiones alternativas, discrepantes.
?Se dice que, pocos días después de consumado el crimen, los rebeldes, al darse cuenta del enorme error político cometido, quitaron el cadáver de donde estaba y lo inhumaron otra vez en lugar secreto?.
Asimismo, lamentó que se diga ?que la familia del poeta, pagando una cantidad astronómica, consiguió hacerse con los restos del poeta y los volvieron a enterrar, sigilosamente, en su propiedad de la Huerta de San Vicente?.
Agregó que sobre ello se dice ?que por eso no quieren ahora que se abra la fosa de Alfacar y se compruebe que no está allí; que Manuel Castilla Blanco no había empezado entonces a trabajar como enterrador forzoso y que por lo tanto no podía haber estado en Alfacar la mañana de la tragedia?.
Gibson recalcó que es difícil entender por qué no parece haber nadie en el entorno familiar del poeta que entienda la necesidad de terminar con esos rumores y la incertidumbre que genera, y esté dispuesto a decirlo abiertamente.
?Entretanto, la fama del poeta granadino no hace sino crecer y crecer, sucediéndose traducciones y montajes de sus obras alrededor del mundo?.
?El hecho incontestable es que Lorca y su obra siguen fascinando, y que millones de personas, sí, millones, se han sentido y se sienten enriquecidos como seres humanos gracias al contacto de su palabra. Honor a él y a todos los que cayeron como resultado de aquella nefasta sublevación?.