Berlín, (EFE).- La fiscalía de Frankfurt del Oder pidió cadena perpetua para Sabine H., una alemana de 40 años acusada de haber asesinado a nueve de sus trece hijos cuando eran recién nacidos y ocultado sus cadáveres durante años.
Teniendo en cuenta la gravedad de los hechos, la fiscal quiere impedir que si la acusada es condenada a cadena perpetua, la presunta infanticida sea puesta en libertad a los 15 años, pena máxima en Alemania a no ser que la sentencia especifique otra cosa.
La fiscal asegura que "ya durante el embarazo la acusada había decidido matar a los niños".
Para ello, Sabine H. seguía el mismo esquema, según explicó la fiscal. La acusada daba a luz en secreto, envolvía a los recién nacidos en trozos de tela y cuando estaba segura de que los niños estaban muertos, los metía en bolsas de plástico y los enterraba en el balcón en maceteros, donde cultivaba tomates y hierbas.
En uno de los casos, la acusada congeló durante un año el cadáver de un recién nacido y luego lo enterró.
El abogado defensor considera que su cliente debería ser condenada sólo a tres años y medio de cárcel por homicidio.
Sabine H. sólo será juzgada por ocho de las muertes porque uno de los casos ha prescrito.
Los análisis genéticos de los restos de las siete niñas y dos niños, descubiertos en julio de 2005 en la localidad de Brieskov-Finkenheerdel en Brandeburgo, han determinado que eran hijos de la acusada y de su ex marido, Oliver H.
Los forenses calculan que las muertes de los pequeños se registraron entre 1992 y 1999.
El ex marido, de 40 años, y los cuatro hijos mayores de la pareja aseguran que nunca supieron de la existencia de aquellos embarazos.
