El Siglo de Durango
Ante la competencia informal que se presenta, las panaderías establecidas han perdido más del 50 por ciento de sus clientes, es decir, las pequeñas tiendas a las que surten del producto han dejado de consumirles debido a que pueden comprar a precios más baratos y tener mayor utilidad.
La Cámara Nacional de la Industria Panificadora (Canainpa) en voz de su presidente, Guillermo Fernando Flores Gómez da a conocer lo anterior con el señalamiento de que es difícil detectar a la gente que de forma casera, sin pagar impuestos o salarios, produce este alimento y lo vende a las misceláneas, quitándole clientes a los formales.
Hay gente que vende el producto por las calles en canastos y a las panificadoras, toda esta situación merma su economía, ya que también tienen que competir con los grandes consorcios.
?El que más nos pega duro es el clandestino, el panadero que lo hace en su casa, reparte en su colonia en diez o 15 tiendas. Él los hace y lo reparte. Por ejemplo, damos el pan a 2.40 el precio al mayoreo y ellos pueden darlo a 1.30 ó 1.20. Como no gastan ni en producción ni empleados de ventas, ellos se quedan con el excedente de la materia prima. Para ellos es muy satisfactorio ganarse 300 ó 400 pesos pero mientras a nosotros ya nos quitaron a clientes?, detalla.
El presidente de la Canainpa comenta que había negocios que manejaban 80 clientes (establecimientos tales como misceláneas a los cuales surtían) por ruta y tras la competencia desleal, ahora tienen 35 ó 40 compradores.
?Con otra situación, el problema es que incluso, los que nosotros tenemos (los comercios a las que proveen de pan), ya le surte también un informal. Nos consume a dos, obviamente eso también nos detiene. Se nos vino en escalonada todo. Nos falta dinero, no pudimos visualizar hacia donde iba el mercado, que había que tener el mejor pan para poder competir con chiquitos y grandes. Habrá que reconocer nuestra falta de visión, que no fue la correcta?, dice.
El dirigente de los empresarios panaderos, medita que se le debe dar la misma importancia al combate de los informales de este ramo tal y cómo sucede con los comerciantes irregulares que hay en el Centro Histórico, ya que incluso, a muchos de ellos los reubicaron al Ex Cuartel Juárez.
?Nada más poniéndole un poquito más de importancia a las panaderías informales (se puede controlar la situación)?, discurre el entrevistado.
Dado que el Gobierno del estado se hará cargo del cobro al Régimen de Pequeños Contribuyentes (Repecos), el empresario espera que sí se capte a todos los que deben pagar.
?Ojalá no quede en buenas intenciones. Sí lo veo con muy buenos ojos que el Gobierno del estado va a obtener un poquito más o mucho más control sobre los Repecos?, explica.
Reconoce que lo que sigue es esforzarse con la calidad de su producto para así, poder competir con el informal pero asimismo con las tiendas de autoservicio.
De mal y de malas
El Sindicato de las Panificadoras también reconoce la dura crisis por la que atraviesan sus patrones.
-El Sindicato de Trabajadores de la Industria del Pan revela que a la fecha han cerrado ocho pequeños establecimientos de esta índole -ubicados en la ciudad capital-, los cuales implicaban la fuente de ingresos de 25 personas.
-Arturo Yáñez Mena, secretario general del organismo certificó que los jornaleros que fueron despedidos ante el quiebre de las microempresas en las que prestaban sus servicios fueron acomodados en otras panaderías.
-No descartó que la situación se complique aún más ya que la competencia se agudiza y llegan más compañías. Así, el precio del alimento se encuentra en una constante variación.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.
