Natascha Kampusch, la joven austriaca de 18 años que estuvo más de ocho años secuestrada en un escondrijo bajo un garaje cerca de Viena, desea ayudar a mujeres secuestradas y violadas en México.
Así lo dijo Kampusch en una entrevista concedida al semanario “News”, en su edición de ayer.
Aseguró que su deseo es llevar adelante un proyecto “para mujeres en México, que son raptadas desde sus puestos de trabajo, secuestradas, torturadas de la forma más brutal y violadas”.
“Quiero aportar lo mío para que eso no pase nunca más”, señaló la joven, que el pasado 23 de agosto logró abandonar para siempre su calabozo subterráneo de apenas seis metros cuadrados, lo que provocó el suicidio de su captor pocas horas después.
Por otra parte, la joven señaló que también desea ayudar a las personas que sufren hambre en África, ya que “de experiencia propia sé lo que significa tener hambre y cómo humilla a las personas”.
En todo caso, agregó, “lo más importante es ayudar a todas aquellas personas que pasaron por lo mismo que me sucedió a mí”.
A la pregunta de si cree en Dios, la joven contestó: “bueno, es muy ambivalente, pero sí creo un poco”.
Comentó que al principio rezaba, pero luego dejó de hacerlo porque “el criminal (Priklopil) también rezaba. Y eso no puede ser. Yo pienso que también Fidel Castro reza”.
Relató que a partir de los doce años, o sea, dos años después de su secuestro, “soñaba con escaparme de mi cárcel cuando tuviera 15 años de edad”.
“Me lo prometí a mí misma. Le prometí a mi futuro que nunca dejaría de pensar en una fuga”, relató la joven, cuyas declaraciones en la entrevista apenas tuvieron que ser editadas, según asegura el semanario vienés que las publica.