Con pretendido ánimo de transparencia que resulta simple desfachatez, el comité nacional del Sindicato de trabajadores petroleros de la República Mexicana publicó ayer los resultados de las 36 elecciones seccionales efectuadas entre el cuatro y el once de este mes. Ya el Comité de observadores independientes, nucleado en torno al Centro de reflexión y acción laboral (Cereal) había difundido un análisis sobre las asambleas respectivas en que sobresalía la imposición de candidatos que pertenecen a los grupos dominantes, caciquiles a menudo, en cada sección, así como el grotesco aval que una vez más otorgó a esas farsas la Secretaría del Trabajo. Pero ahora el cuadro presentado por la dirección nacional petrolera es una confesión de parte que si bien no exime de la presentación de pruebas corrobora la noción bien nutrida por experiencia sobre el autoritarismo vertical padecido por los miembros de ese sindicato.
En su exordio a las cifras electorales, el comité nacional asegura, ufano, que ese sindicato vivió ?un proceso plural y transparente que mucho nos estimula. Más satisfactorio, cuanto que en algunas de las secciones existían diversos grupos con aspiraciones a ocupar la dirigencia. Al final, la gran mayoría tuvo la madurez suficiente para reconocer que como organización nuestra mayor fortaleza está en la unidad, valor fundamental que nunca debemos poner en riesgo. De esta manera, en la mayoría de las secciones se presentaron planillas de unidad en las que estuvieron representadas las diversas corrientes que existían al interior. Por supuesto, en casos excepcionales en que no se consiguió el acuerdo, todas las voces y corrientes que decidieron contener conforme a nuestros estatutos tuvieron oportunidad. La única limitación fue el respeto y apego a nuestra Ley interna. Aun quienes pretendieron torcer la interpretación de nuestra norma fueron escuchadas y consideradas sus opiniones?.
El resultado de esa largueza democrática es el siguiente: sólo en once de las 36 secciones se presentó más de una planilla, pero en ocho de ellas las opciones de la Oposición no obtuvieron ningún voto o no se presentaron. Sólo en las tres restantes se reconocieron votos a los opositores, siempre en proporciones muy reducidas. Este género de elecciones llamadas soviéticas por los teóricos (porque en la URSS los candidatos únicos merecían los votos de todo el padrón) fue más patente en las 25 secciones donde hubo planillas ?de unidad?, avaladas por todos los asistentes a las asambleas respectivas, sin siquiera abstenciones, lo que se explica porque el voto es a mano alzada, y los participantes saben de las represalias a que se exponen si muestran esa mínima heterodoxia, o porque las cifras se anotan a capricho. Sólo en una sección, la 14 de Macuspana, se anota una discrepancia: a la asamblea acudieron mil 800 trabajadores y la planilla única recibió mil 636 votos.
La asamblea de la sección 11, con sede en Nanchital, Veracruz, ilustra con detalle la mecánica que ha permitido eternizarse en el poder sindical a un grupo de dirigentes, encabezado por Carlos Romero Deschamps (sobre el que pende todavía una orden de aprehensión derivada del millonario Pemexgate). La convocatoria a elecciones se emitió el 29 de septiembre y el registro de planillas se previó para el dos y tres de octubre en horas de trabajo. Con todo, el Grupo renovador Orientación pretendió inscribir la planilla roja con Édgar Tenorio Arellano como candidato a secretario general, pero le fue negado el registro sin base estatutaria alguna. Quedaron registradas, en cambio, la planilla Verde, del grupo dominante, así como dos listas más, la Blanca y la Amarilla, claramente dispuestas a servir de escenografía. Tanto lo estaban que a la hora de votar los escrutadores no se tomaron la molestia de anotar cuántas manos lo hacían en su favor. De allí que en el informe oficial aparecido ayer figuren con cero votos cada una mientras que los siete mil 097 asistentes votaron todos por la Verde encabezada por Alfredo Yuen, perteneciente al Grupo mayoritario 24 de octubre. El informe de los observadores independientes reporta una asistencia de sólo dos mil 500 trabajadores, que despacharon su reunión, donde no hubo inspectores del trabajo, en sólo veinte minutos.
Una semana después, el 11 de octubre, propaganda pagada a plana entera por ese grupo mayoritario mostró algunas de las entretelas de esa elección:
Fechado en Ciudad Nanchital, el comunicado oficial informa que ?Más de siete mil trabajadores de la sección 11 del STPRM ratificaron aquí su respaldo a la política de su líder nacional Carlos Romero Deschamps y de Ramón Hernández Toledo, al elegir en forma arrolladora a la planilla del grupo mayoritario 24 de octubre para integrar el nuevo comité ejecutivo local, con Alfredo Yuen Jiménez en la Secretaría General del organismo sindical.
?El triunfo de la planilla del grupo 24 de octubre -organismo político que jefatura Ramón Hernández Toledo al interior de la sección 11 del STPRM -obtuvo un triunfo (sic) contundente y aplastó a la debilitada disidencia integrada por las planillas Blanca y Amarilla, que juntas agruparon a unos 20 trabajadores en la contienda interna...?.
Sin rubor alguno se informa en ese mensaje de propaganda que Hernández Toledo había sido secretario general durante quince años, y que él mismo propuso ser reemplazado por Yuen Jiménez, lo que no significa que se retira puesto que será presidente del consejo de vigilancia. Seguirá siendo cacique.