Opina Raúl Quintanilla que el nuevo presidente de México debe otorgar mayor presupuesto a la cultura y revalorar los procesos educativos.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- ?La política en nuestro país se ha convertido en una exposición de inferioridades intelectuales?, asegura el maestro y director de teatro Raúl Quintanilla.
Sin embargo, pese al difícil momento político que se vive en el país el maestro todavía le apuesta a lo bello de la vida: ?La gente puede convertir sus actos cotidianos y tranquilos en actos estéticos, que son los que pueden ser recordados en la existencia?.
Vestido de forma casual, visiblemente relajado, pero con esa expresión en su rostro de plena conciencia, el maestro termina de tomar su desayuno; hace ya casi cuatro años que Raúl Quintanilla visitó Torreón y parece como si el tiempo no pasara por él, es el mismo, pero con más experiencia.
En esta ocasión su estancia en la ciudad se debe a que está impartiendo un curso en las instalaciones del Teatro Nazas, denominado Realismo en la Actuación: ?Yo les llamo más bien seminarios, porque a mí no me gusta dar talleres en donde se ponen a hacer ejercicios y luego nadie aprende nada?. También habla acerca de lo que le gustaría exigir para la comunidad de actores a quien resulte electo como nuevo presidente de la República.
¿Qué exigiría para la comunidad de actores a quien resulte electo como nuevo
presidente de la República?
-Yo como artista, le pediría que no viera los programas culturales como una serie de eventos artísticos. Existe la necesidad de darle un porcentaje del Producto Interno Bruto al arte y a la cultura, y entonces tenemos que echar a caminar considerando que son fenómenos que tienen que estar unidos en la educación. Tenemos que pedirle al nuevo presidente que se preocupe por la revaloración de los procesos educativos y tenemos que obligar a ver a la cultura como una parte fundamental para que la sociedad sea analítica, crítica y sensible y que el presupuesto tenga una parte dirigida a la ciencia, otra a la educación y otra al arte y la cultura, no eventos artísticos, porque eso sería volvernos otra vez pueblerinos.
Entonces, ¿el gran problema del país para Raúl Quintanilla es la educación?
-Aquéllos que se llaman a sí mismos directores de escena en provincia no quieren aprender; por un problema de vanidad, por un problema de ?disque? prestigio, por inseguridad de enfrentarse ante gente que de alguna manera manejan conocimientos completamente contrastantes.
El problema de nuestro país tiene un gran porcentaje de problema educativo, las escuelas artísticas están depauperadas y tenemos que luchar y recuperar el sentido estético que movió a una serie de gente a ser fundamental para su generación y a generar parte de nuestra vida.
-¿Qué opina acerca del proceso electoral que está por llegar a su fin?
-Yo estoy muy necesitado de que ya termine, que haya un poco de paz. Me causa mucha gracia cómo los famosos diez puntos de ventaja de (Andrés Manuel) López Obrador nunca existieron, y verlos ahora (a los candidatos) con esa cara, insistiendo en marcar todo en un proceso de desconfianza; y el problema no es López Obrador, es la gente que lo rodea, que son una bola de hampones, pero yo estoy necesitado de que termine por las siguientes cosas: ninguno de los candidatos ha provocado un discurso inteligente, ninguno ha manejado ideas inteligentes, políticas o brillantes; ninguno de los políticos ha provocado que la sociedad los vea como seres que deben ayudar a cambiar una estructura, hemos vivido 12 años de todo menos de ideas, al punto de que en este momento cuando usted plantea su opinión política ya no puede dialogar con el otro. Esta falta de discurso, de narración, de diálogo, es herencia de esta forma de hacer la política que esta gente está teniendo.
Lo que verdaderamente tiene este país es lo que se merece; una bola de políticos de tercera, sin educación, una Cámara de Diputados llena de una bola de vagos, totalmente incoherente, partidos debilitados en su estructura. Para ninguno de ellos México es importante, lo único que es importante para ellos es una especie de manejo del poder, pero el poder cuando no lo sabe manejar un político lo destruye; y yo lo único que digo es que yo espero que esta realidad se convierta poco a poco en grandes acuerdos. Winston Churchill decía: ?Democracia es, que suene el timbre de tu casa a las 5:00 de la mañana y tú sepas que es el lechero?.
Sobre el curso que actualmente da en el Teatro Nazas, únicamente durará cuatro días, ¿es posible obtener un conocimiento o al menos una aproximación a lo que es el realismo en la actuación?
-En una semana, nuestra obligación -porque nosotros tenemos obligaciones- es de alguna manera despertar en una serie de personas la curiosidad por el aprendizaje; un principio de gusto por las cosas exóticas y diferentes de la vida; un verdadero placer en encontrar lo bello; y el poder hacer que la gente convierta sus actos mundanos y tranquilos en un acto estético, porque los actos estéticos son los que pueden ser recordados en la existencia.
¿Cuál es la importancia de traer este tipo de cursos a provincia?
-Yo creo que en la vida, más que las cosas sean importantes, hay que hacerlas trascendentes; un curso como éste no es importante, tiene que trascender; importante sería si de alguna manera tuviéramos la oportunidad de crear un curso que durara tres años, pero en un seminario que voy a dar en cuatro días, lo único que uno busca es que trascienda en los alumnos una visión del arte basada sobre todo en un proceso de aprendizaje, estructura y metodología que le da a la actuación su categoría artística, y lo convierta en un proceso de conjunción estética, entonces les voy a estar hablando sobre comportamiento, conducta, impulso, sentimientos, emociones, profundidad, complejidad, para que se den cuenta de que la actuación es compleja y es profunda, no es simplemente un mero acto de representación de la realidad.
Diferencia entre trabajar con un actor joven y otro maduro:
-En este momento en la Ciudad de México, los actores maduros se están dando cuenta de que tienen que volver a estudiar, de que tienen que acercarse a maestros que sepan más que ellos sobre la actuación, el problema es que en el país hay muy pocos maestros que valgan la pena, estamos todos situados en la Ciudad de México; en la provincia me he encontrado con que los actores maduros no desean aprender.
Terminando el curso en Torreón el próximo viernes, el maestro subirá a un avión, pues el sábado comenzará a impartir un seminario de dirección en la Universidad Católica de Chile.
Sus preceptos
Raúl Quintanilla dice que lo llena de tristeza el panorama político actual y piensa que hay cuatro aspectos fundamentales para que un pueblo sea más digno:
-Primera: ?Una democracia sí, pero amparada en una economía que permita que la democracia sea una realidad?.
-Segunda: ?Que haya un proceso de educación que permita que los seres humanos tengan la posibilidad de aspirar, pues mientras más educado es un pueblo mayores aspiraciones tendrá?.
-Tercera: ?Un proceso cultural que haga que la sociedad tenga capacidad de análisis, un proceso artístico que haga que la sociedad tenga capacidad sensible y que le dé la cultura y el arte coherencia a una sociedad, pues cuando la sociedad se vuelve incoherente, el Estado se debilita?.
-Cuarta: ?La política nos enseña una forma de vivir más digna, encuentra una forma digna de vivir para los pueblos, la prueba de esto está en Europa?.
Su trayectoria
El maestro Raúl Quintanilla cuenta con una trayectoria de 18 años en la formación de actores. Cuenta con amplia experiencia también en el trabajo de dirección escénica, área en la que ha creado más de 26 puestas en escena.
Ha sido director de varias instancias como el Centro Universitario de Teatro (CUT) de la UNAM, el Núcleo de Estudio Teatral y actualmente (desde hace varios años) es director del Centro de Formación Actoral (Cefac) de Televisión Azteca.
Además, es miembro del grupo de profesores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca). Desde 1999 fue nombrado miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Conaculta.
