Sin mayor pudor los candidatos a la Presidencia de la República secuestraron el triunfo de la Selección Nacional como estrategia para repuntar en las encuestas. Los goles de Omar Bravo y Shinha para derrotar a Irán significaron más que tres puntos, fueron la oportunidad que tuvieron los políticos para promocionarse y aprovechar el fervor patrio que produce el futbol y mandar mensajes, hoy que han sido eclipsados por el Mundial.
Los panistas rentaron El Toreo de Cuatro Caminos, ahí rodeado de simpatizantes Felipe Calderón Hinojosa, regaló balones en el medio tiempo, claro de color azul, y el sonido local sintonizaba el tema de campaña cada vez que la selección anotaba un gol. De esta forma en tres ocasiones El Toreo se estremeció con el grito de Gol, para dar paso al “Calderón, Calderón”.
Por desgracia para el panista, el brasileño nacionalizado mexicano Shinha se adelantó al Kikín Fonseca para de soberbio remate de cabeza anotar el tercer tanto. Imagine usted lo que hubiera pasado si el gol hubiera sido del delantero del Cruz Azul, ya que debemos recordar que el Kikín participa en anuncios promoviendo el voto a favor del panista. Para desgracia de Calderón, Claudio Suárez quien también lo apoya no jugó, pero ése no fue problema para declarar a los medios: “Así como ganamos hoy, vamos a ganar, a pesar de los pesares, a pesar de los faules, a pesar de las trampas y de las calumnias, vamos a ganar contundentemente el dos de julio”.
Por su parte Roberto Madrazo, se reunió con simpatizantes en un hotel de la Ciudad de México, ahí demostró que muy poco sabe de futbol, que lo suyo son los maratones y en compañía del líder de los trabajadores petroleros, Carlos Romero Deschamps, festejó el triunfo de México.
La camiseta de la Selección Nacional que portaban los presentes sufrió modificaciones, en ella no se leía el nombre de Borgetti o de Torrado, sino el de Madrazo con la leyenda: “Sí se puede”. Al igual que en el futbol, la contienda electoral no se acaba hasta que el árbitro da el silbatazo final, de ahí que los priistas confíen repuntar en las encuestas.
Al finalizar el partido el candidato aseguró que cuenta con buena condición para cerrar fuerte en la contienda electoral, porque tiene la camiseta bien puesta.
Amante del beisbol, Andrés Manuel López Obrador, no se reunió con simpatizantes para ver el juego. Él prefirió realizar un deslucido mitin en Tizimín, Yucatán, y en donde aún cuando el carisma del tabasqueño no se ha visto disminuido, esa mañana era más importante ver cómo Oswaldo Sánchez se sobreponía a la tragedia de la muerte de su padre.
Andrés Manuel había pronosticado un tres a cero, así que al conocer el resultado aprovechó la oportunidad para también colgarse la medallita del triunfo por lo que dijo: “Yo también voy a ganar así, cuando menos dos a uno, ahí pobremente”.
En este furor mundialista, el presidente Vicente Fox, también compara su Gobierno con el Tri. Al decir que como la Selección él en su sexenio también ha anotado muchos goles.
Ya lo dijo Juan Villoro: Dios es redondo, en clara referencia al fenómeno del balompié. De ahí que los candidatos a la Presidencia de la República se “encomienden” al esférico. Algunas teorías mencionan que los triunfos deportivos acercan a los gobernantes con el pueblo, por lo que en tiempos de elecciones la población vota por el partido en el poder. Más allá de esto, lo único cierto es que estamos siendo testigos de una combinación que siempre ha sido explosiva: Política y futbol. Sólo que ahora tiene un ingrediente extra: el proceso electoral del cual esperamos salir bien librados.
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