Creo además, que poner en duda la credibilidad de instituciones como el IFE y el Trife, es causar a nuestra incipiente democracia un daño irreversible.
Huyendo cobardemente de la revolufia que padecemos en esta capital, me escapé unos días al mar y al regreso me encontré algunos correos en los que como siempre, hay de todo: solidaridad y afecto en unos. Otros como piedrazos, duros y a la cabeza. Pues bien, agradezco a todos los respetables lectores y lectoras que se toman la molestia de ponerme al corriente de sus afectos y sus desafectos.
Quiero que sepan que todo me sirve para no perder de vista la diversidad, y así como de paso, aprovecho para aclararles que no milito en ningún partido y que no hay nada más ajeno a mis intereses que la grilla política.
El sentido lo dan a mi vida la familia, el trabajo, mis amigos, y la lucha por conseguir la vida buena que quiero para mí y para todos mis compatriotas. Soy ¡eso sí! ciudadana responsable, y preocupada por el atasco en que nos encontramos, siento el compromiso de apoyar la legitimidad del triunfo de Calderón, ya que no tengo la menor duda sobre la pulcritud con que llevaron a cabo su trabajo el casi millón de ciudadanos que estuvieron a cargo de la jornada electoral.
Creo además, que poner en duda la credibilidad de instituciones como el IFE y el Trife, es causar a nuestra incipiente democracia un daño irreversible.
Sin embargo, debo confesar que no me sorprenden la desesperación, los arrebatos y las amenazas de AMLO ante un conteo que no le favoreció; puesto que como todos sabemos, mucho antes de que se sufragara el primer voto -probablemente curándose en salud ante una posible derrota- él ya estaba acusando un fraude que ahora reitera obsesivamente ante cualquier micrófono que le pongan por delante, y entre tantos otros, el izquierdista diario español ?El País?, que el pasado domingo publicó una entrevista de la que reproduzco aquí algunos fragmentos:
?Pregunta: A las doce de la noche del cinco de julio, en pleno recuento oficial, usted abandonó la sede de su candidatura y se retiró a su domicilio ¿sintió el sabor de la derrota en aquel momento? Respuesta: Sabía de antemano que me iban a dar por perdedor. Todo fue una manipulación. No quise prestarme al escarnio ante todas las cámaras que querían tomarme y decir aquí está el perdedor. P. ¿Pretende la anulación de las elecciones? R. No. Quiero que reconozcan mi triunfo. P. ¿Aceptará la decisión que adopte el Tribunal Electoral sobre la impugnación? R. No quiero adelantar nada, porque lo que ha quedado de manifiesto en todo este proceso es que las Instituciones en México no están en manos de gente con decoro. P. ¿No se compromete a aceptar el fallo del Tribunal? R. No. Voy a esperar. P. Deduzco que si no lo favorece no la aceptará. R. No. Simplemente quiero esperar. P. Dijo que respetaría el resultado, que respetaba la autoridad electoral... R. En una elección limpia y libre, en una elección democrática. Pero no estamos en una elección democrática. P. Los observadores internacionales validaron la elección... R. También se tragaron ese punto de vista. P. ¿No es excesivo llamar traidor al presidente? R. Es preciso. Es lo que corresponde. P. Calderón ha declarado que intentó hablar con usted y que no lo consiguió. R. Calderón es un pelele, un títere. Calderón no tiene autoridad moral. R. Tiene la autoridad moral que le dan los votos ¿no le parece? R. Con trampas. P. ¿No sería bueno que se sentaran a hablar? Que acepte que perdió y entonces hablamos?.
Se trata de una larga entrevista en la que AMLO reitera sus obsesiones: Por el bien de todos, solo él es dueño de la verdad, solo él sabe sumar, sólo él es demócrata, honesto, sólo a él le preocupan los pobres y sólo él merece ser el presidente. ¡Qué miedo! adelace@prodigy.net.mx
