Lo mejor de Francia, sus museos.
Lo mejor de Suiza, su chocolate y sus relojes.
Permítanme un paréntesis antes de comentarles algunos aspectos sobre el partido de Francia y Suiza.
El futbol en si ha venido evolucionando técnicamente en todos sus aspectos, por ejemplo, en su vestimenta, camisas especiales para soportar la transpiración, balones con ship como los utilizados en el Mundial Sub 17, nueva tecnología para ver la evolución del juego, nuevos aparatos de televisión para presenciar con mayor claridad los partidos.
Pero lo que no evoluciona son los comentarios del futbol y los personajes que tienen su responsabilidad ante ellos, narran lo que yo estoy viendo, pero no me dicen ni comentan cual es la jugada que se está produciendo y cuál debió ser el movimiento lógico que debió haberse hecho, a veces comentan situaciones contrarias a lo que la televisión me está mostrando.
Por ejemplo, el día de ayer, el comentarista indicaba que el jugador suizo que iba a entrar de relevo estaba realizando sus movimientos físicos previos al ingreso, pero lo que yo veía era un jugador tomando agua y peinándose mientras recibía instrucciones del técnico, a la mejor allá en Alemania se vería esto de otra forma.
Originalmente la nomenclatura que se usa, creo que deberíamos hacer un diccionario al respecto, de cuyas palabras tienen en el futbol otro significado, que para las personas que ven el Mundial en este momento son millones y no tienen porque saberlo, por ejemplo, el comentarista dijo ayer que el jugador Patrick Vieira nunca había aparecido durante el juego y resulta que los que estábamos viendo el partido, lo estábamos contemplado dentro del once del deportivo galo.
Los teleespectadores no tienen porque saber que significa cuando el relator comenta que el jugador se bota o el equipo barre, o cuando el jugador no sabe leer el juego.
Ahora lo nuestro, un pálido y discreto empate consiguió ayer la Selección de Francia ante su similar de Suiza en su debut mundialista, que con muy pocas oportunidades y nada de emociones se nos cubrió todo el primer tiempo.
En la previa nosotros esperábamos una mejor actuación de los franceses, viendo en su formación las innumerables figuras que posee en su plantel, ante una selección que nadie esperaba se le complicaría su juego más de la cuenta.
El equipo francés tuvo un leve dominio del partido en el primer tiempo, en especial el paso por el medio campo, pero a pesar de ello fueron los suizos en el minuto 24 quienes tuvieron la mejor oportunidad para inaugurar el marcador, a través de Tranquillo Barnetta en un tiro libre, que rebotó en el poste y en la jugada posterior Alexander Frei la golpeó en forma desviada.
En la segunda parte siguió mostrando Francia pocas ideas, pero Suiza entró con un poco más de confianza para atreverse a llegar cerca del arco de Fabián Barthez, tan así que mediante un frentazo de Daniel Gygax tuvo la mayor ocasión para poner el cuadro suizo en ventaja y romper el equilibrio del cero en el partido.
Sobre el final el recién ingresado Vikash Dhorasoo estuvo a punto de convertirse en el gran héroe francés y de anotar el gol del triunfo en un tiro cruzado que salió rozando el poste del portero suizo.
Zinedine Zidan, Thierry Henry y Patrick Vieira no pudieron mostrar sus pergaminos, fueron bien custodiados, lo que no les permitió juntarse para ocasionar alguna jugada de riesgo.
En resumen, un equipo suizo tímido, que no supo o no quiso arriesgar más ante el bajo juego de los franceses.
Mezquino y a veces aburrido equipo francés, que me recordó su desastrosa participación del Mundial de Corea Japón 2002.
Un cero a cero que Francia y Suiza le deben al mundo del futbol.
