Querida Secretaria:
(Segunda parte)
SENSATEZ Y DISCIPLINA PROPIA
El matrimonio exige una gran disciplina de ambos cónyuges. La esposa que trabaja necesita, tanto en el hogar como en su trabajo, un constante control de sus emociones y una aceptación sensata de sus responsabilidades. Los impulsos juveniles y un comportamiento fuera de lugar pueden poner en peligro su felicidad conyugal.
El esposo también debe actuar con madurez y comprensión ?ella probablemente no lo atienda como lo hacía su mamá, pero indudablemente él tendrá qué atender ciertas tareas domésticas. Si él siente que el encargarse de estos quehaceres lastima su masculinidad, su esposa va a tener problemas.
En el caso de que el esposo se vea obligado a interrumpir su carrera, lo va a resentir cuando se le presenten mejores oportunidades y tenga que rechazarlas por su falta de preparación. Si trata de reiniciar su carrera por las noches, esto ocasionará cambios en el hogar. Y por supuesto esto redundará en un gasto más.
La pareja que retrasa su unión hasta que ambos hayan terminado sus estudios, tiene más probabilidades de formar un hogar más estable. Cuando hay un poco más de dinero, tiempo y experiencia como incentivo para el matrimonio, resultará en una relación maravillosa, como debe ser.
CÓMO CONDUCIR LA RELACIÓN
La regla más importante es evitar resolver dos cosas a la vez ?ya sea un empleo muy demandante o una carga muy pesada en el hogar. Si tu trabajo requiere de muchas horas extra o es de tal manera estresante que llegas a tu casa exhausta y enfrentándote a las tareas domésticas sin resolver, en este caso es de imperiosa necesidad que tengas ayuda, alguien que haga el aseo y la comida. Tu tiempo y tu energía tienen muchas exigencias y debes emplearlos donde te resulte más benéfico.
Muchas mujeres de carrera muy destacadas han encontrado que una de las mejores maneras de combinar una exitosa carrera con un exitoso matrimonio es marcar una separación definitiva entre los dos. Los problemas de casa no deben intervenir en el trabajo y los problemas del trabajo no deben entrar en la casa. Presta a tu carrera la debida atención, pero cierra esa puerta pronto y deja que tu papel de esposa tenga toda tu atención hasta que salgas al trabajo al día siguiente. En casa no trates de monopolizar la conversación con detalles de tu día en la oficina. Tu esposo apreciará más que lo escuches cuanto te platique de su día en su trabajo.
A pesar de tu horario tan apretado, tu casa debe estar en orden. El mantener tu buena apariencia y los estándares de belleza también serán más difíciles. Quizá necesitarás eficientar tu rutina de acicalamiento. Una apariencia atractiva es vital, tanto para el éxito en tu trabajo como para mantener vivo el amor de tu marido.
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