Querida Secretaria:
(Primera parte)
Ya una vez que has conquistado el hombre de tu elección, probablemente te inicies en el doble empleo del matrimonio y tu carrera. Y ahora, más que nunca, necesitas combinar tu encanto y tu eficiencia para que tu vida siga un cauce favorable. Tus días serán algo más vertiginosos, pero también más satisfactorios.
Hace algunos años, la mujer casada dudaba en trabajar por temor a que su decisión pudiera ser mal interpretada como un menosprecio al potencial de su marido para sostener el hogar. Pero los tiempos han cambiado. La sociedad ha llegado a aceptar que ahora, debido a diferentes factores, la mujer prefiere participar en el mundo de los negocios. Muchas mujeres encuentran que el trabajo refuerza sus egos y les proporciona un sentido de importancia y reconocimiento que no pueden obtener alrededor del hogar.
Actualmente un gran porcentaje de mujeres casadas están empleadas. Una chica ya no le dice adiós a su jefe porque se va a casar. Ella ha comprendido que su preparación y habilidades pueden ayudar a las finanzas del hogar. Aun después de que los hijos lleguen, no necesariamente tiene que olvidarse de su carrera.
LAS CARRERAS SON PARA SIEMPRE
Con una buena trayectoria de trabajo, es muy posible que una mujer tenga una exitosa carrera. Un trabajo ya no es tan sólo un relleno entre la escuela y el matrimonio. Con una buena educación y un bien planeado entrenamiento, será más fácil encontrar el trabajo deseado.
SORTEANDO DOS TRABAJOS NO ES FÁCIL
Tener a ambos, jefe y marido, felices y satisfechos, es muy probable que acelere a la mujer de carrera. Ella tiene responsabilidades definidas con cada uno de ellos y no puede descuidar a uno a costa del otro. La mujer de carrera casada tiene que redoblar sus destrezas para salir avante en sus dos compromisos. No puede estar demasiado cansada si su marido quiere salir por la noche; no puede permitirse que su esposo carezca de camisas y calcetines limpios. Tampoco puede permitir que los problemas caseros la distraigan y descuide sus obligaciones en la oficina. Su trajín será exigente, demandante; quizás sacrificando las horas de la comida para ir al supermercado o cumplir con ciertos encargos.
LA MADUREZ ES UNA VENTAJA
Mucho ha sido escrito acerca de los escollos de un matrimonio de una pareja muy joven. Para la jovencita casada, que trabaja, su extrema juventud únicamente le complican sus problemas. Éstos son algunos factores que las chicas deberían considerar antes de decidirse a casarse y seguir trabajando:
Un matrimonio de una pareja muy joven tiene más presiones al principio. Lo más probable es que ambos no tengan salarios muy altos. El dinero va a escasear y no podrán contar con un hogar bien equipado. Se verán obligados a madurar con asombrosa rapidez. Algunas chicas podrán sentirse frustradas, especialmente si no pudieron terminar su carrera. Por otra parte, el matrimonio, por supuesto, tiene sus compensaciones.
Algunas chicas están más preparadas para el matrimonio que otras; sin embargo, las estadísticas prueban que si una muchacha se espera a tener cuando menos 24 años, las probabilidades de ser feliz son más factibles. Para entonces ya ha tenido oportunidad de divertirse y lo mismo le habrá pasado a su pareja.
Continuará...
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