Querida Secretaria:
(Segunda parte)
¿Has escuchado tu propia voz? Tu reacción es importante. ¿Así me oyen los demás? Lo que nos pasa, es que a través de la magia de la mente podemos concentrarnos en lo que estamos diciendo, ignorando la manera como lo decimos. La mejor forma de cerciorarse cómo perciben tu voz los demás es grabándola. Cuando lo hagas procura hablar con naturalidad como en una conversación. Olvida que estás grabándola. Después de escuchar con atención varias veces la grabación, podrás analizar tu voz. Si no te es posible grabar tu voz ?y aún así ya lo has hecho- pon atención a cómo hablas la próxima vez que participes en una conversación. Analiza críticamente tu manera de hablar así como las de los demás participantes. Probablemente te sea fácil encontrar fallas en los otros, pero es más importante que detectes las propias. Fijándote cómo pronuncian las palabras vas a notar sus buenos y malos hábitos.
ESTOS ELEMENTOS SON LOS QUE TIENES QUE NOTAR
TONO.- Es la posición de tu voz en la escala musical ?qué tan alta o baja es. Tu voz opera dentro de una grabación. Tú bajas o subes el tono de acuerdo a tu estado de ánimo o para enfatizar lo que dices. Si te sientes feliz y liberada, vas a usar tonos altos; cuando estás seria o triste, bajas tu tonalidad.
Poniendo atención vas a notar si tu voz suena cálida, suave, o si es muy alta puede resultar destemplada o chillona. Un tono demasiado bajo, es poco femenino. En caso de duda, es mejor bajar el tono, por supuesto sin exagerar.
ENUNCIACIÓN
Hablas con claridad? ¿O tan sólo murmuras y omites las palabras finales? Si las personas con quienes conversas te piden que repitas lo que dices, es probable que esto sea por tu falla en pronunciar las palabras completas sin faltar ninguna letra. Quizás omites las palabras finales de las oraciones.
ÉNFASIS
En una oración, el significado de algunas de las palabras cambia según el énfasis que se le da. Trata de decir cuatro veces la oración: ?Dame Mi Libro por Favor?, cada vez enfatizando una palabra diferente. Te vas a dar cuenta cómo cambia el significado. El énfasis bien usado le da sentido a lo que se habla, pero no hay que abusar porque el exceso lo hace perder su efectividad.
MODULACIÓN
Elevamos la modulación para hacer una pregunta, expresar un pensamiento incompleto; una inflexión más baja para indicar algo concreto o final. Debemos variar nuestra modulación para hacer más vívida nuestra manera de hablar. Nada es más aburrido que estar oyendo una voz monótona. Por supuesto el uso exagerado de la inflexión causa un efecto desagradable.
VELOCIDAD
¿Qué tan rápido hablas? La manera de hablar acelerada es perturbadora y distorsionada. Se pierde el sentido de lo que se dice. Por otra parte una comunicación lenta es muy aburrida y a veces exasperada. Ciento cincuenta palabras por minuto como promedio, es una buena velocidad cuando se conversa.
Aunque tengas un buen promedio de velocidad, también lo varían seguir tu humor o el contenido de la plática. Si estás cansada o lenta en tu pensamiento, naturalmente tu velocidad irá en decremento. Ante un público o a través de aparatos electrónicos ?el teléfono, un micrófono? es necesario hablar pausadamente y con mucha claridad. La variedad es el condimento del bien hablar y los cambios de paso pueden estimular a tu auditorio.
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