AP
SAN QUINTÍN, California.- La ejecución de un hispano acusado de violar y asesinar a una joven de 17 años fue postergada indefinidamente ayer debido a una disputa legal y cuestiones de ética médica en torno al uso de inyecciones letales.
Michael Morales, de 46 años, iba a ser ejecutado por inyección letal a las 12:01 de la madrugada el martes por haber torturado, violado y asesinado a una joven de 17 años hace 25.
Estaba dentro de la celda de los condenados a muerte en la prisión estatal de San Quintín cuando la ejecución fue postergada porque dos anestesiólogos objetaron su participación por cuestiones éticas.
Las autoridades de la prisión cambiaron la hora de la ejecución a las 7:30 de la noche del martes y dijeron que usarían una técnica distinta: suministrar una dosis letal de barbitúricos en lugar del coctel de tres fármacos usado normalmente en las inyecciones letales.
El juez federal de distrito Jeremy Fogel aprobó el cambio el martes por la tarde, pero dijo que el sedante debía ser suministrado por una persona que tenga licencia del estado para inyectar medicamentos en forma intravenosa, un grupo que incluye a médicos, enfermeras, dentistas y otros técnicos en medicina.
Sin embargo, las autoridades estatales le avisaron a los tribunales federales que no podrían cumplir con la orden del juez para que un profesional médico administrara la dosis legal de barbitúricos, dijo una portavoz de los tribunales.
Los abogados de Morales dijeron que pensaban apelar ante el Tribunal Federal de Apelaciones del Noveno Circuito la decisión de ejecutar a su cliente.
El equipo legal de Morales también le pidió a la Corte Suprema de California que bloqueara la ejecución.
Los anestesiólogos se retiraron del proceso después que se enteraran que tendrían que avisarle a la persona encargada de ejecutar la condena si el interno se despertaba o parecía sufrir dolor.
Morales sería el homicida número 14 y el primer hispano al que se le aplicaría la pena de muerte desde que California volvió a adoptar este castigo en 1977.
