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Preguntas incómodas

Esteban Moctezuma

Lo escrito a continuación es políticamente incorrecto. No me voy a envolver en la Bandera Nacional, ni a insultar al “imperio”.

Trato un tema que urge ser reflexionado y dialogado entre mexicanos y estadounidenses con seriedad e inteligencia.

Nuestra relación con EU entró en una crisis que, de no manejarse con madurez, oportunidad y visión de largo plazo, provocará fuertes dolores de cabeza, en ambos lados de la frontera. ¿Qué sentirías si un grupo de nacionales de Belice marcharan sobre Insurgentes enarbolando su bandera, exigiendo la residencia o nacionalidad mexicana? ¿No lo verías extraño?

Paralelamente, ¿qué opinarías que millones de beliceños trabajaran con bajos salarios, en actividades que pocos mexicanos quisieran realizar, víctimas de abusos por su calidad migratoria? ¿Indignación al ser testigo de una forma moderna de extracción de plusvalía? Pero si vivieras con miedo, porque terroristas extranjeros tuvieran amenazado a México y hace poco un grupo de ellos hubiera bombardeado la Torre de Pemex, la Torre Latinoamericana y la Secretaría de la Defensa Nacional, causando más de tres mil muertos.

¿Cómo te sentirías si los noticiarios te informaran que nuestras fronteras parecieran una coladera por donde miles de personas cruzaran a diario de manera clandestina? Por otra parte, ¿cómo recibirías la noticia de que grupos de civiles mexicanos, organizados bajo un esquema paramilitar, se dedicaran a perseguir e incluso matar a quienes trataran de cruzar la frontera para internarse de Belice a México?

¿No te avergonzarías de tus connacionales? Y si fueras un mexicano que contrató a un grupo de beliceños y hubieras conocido su esforzado trabajo, su honestidad y su responsabilidad. ¿Qué sentirías si el Gobierno mexicano quisiera expulsarlos del país o si les negara la posibilidad de legalizar su situación migratoria? Ahora dime, ¿cómo te sientes después de ver el problema migratorio desde diferentes perspectivas y puntos de vista?

Para abordar ese problema con EU tenemos que considerar los diversos intereses que cada parte tiene pero, en este caso, se complica cuando quien decide es un solo país, porque los migrantes entran a su territorio, trabajan en su economía y viven en su comunidad.

Nuestra única oportunidad es que, si bien las decisiones sobre migración interna son facultad soberana de Estados Unidos, la solución al conflicto sólo se logrará con cooperación bilateral y un enfoque integral. La migración es tan sólo una expresión del problema estructural que se ha generado entre nuestras naciones. La dinámica económica que ha venido provocando la demanda de trabajo en EU ahí está, va a continuar y ningún acto de dureza la va a evitar. Por su parte, la dinámica que provoca la oferta de trabajo de mexicanos también ahí está, pero no debe continuar igual.

Los migrantes mexicanos quieren trabajo pero no necesariamente convertirse en estadounidenses. Prueba de ello es que no se asimilan a la sociedad de la Unión Americana, ni se vuelven protestantes, ni olvidan el español. Por ello, parte de EU siente temor de que esté creciendo una nación hispana dentro de su propia nación.

Esto lo debemos entender todos, pero principalmente nuestros vecinos. Está en su interés nacional y en su interés más egoísta, el desarrollo social de México. La sociedad estadounidense tiene miedo y la sociedad mexicana tiene necesidades apremiantes. El problemón migratorio de hoy puede convertirse en oportunidad, si marca el inicio de un diálogo fructífero, no para crear un “mercado común norteamericano”, sino una comprensión mutua, que genere normas básicas de convivencia y claros derechos y obligaciones para lograr una región armónica y pacífica que solucione nuestras necesidades y atempere sus miedos.

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