EL SIGLO DE TORREÓN
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- En los tiempos de doña Narda Arellano de Sánchez la vida era diferente en el ejido Santo Niño. En su época, los niños no se drogaban ni se juntaban en las esquinas.
A sus 70 años es una mujer con mente muy lúcida. La anciana lamenta que en su poblado el tema principal que más se escucha es lo referente al alcohol, a la droga, a la violencia y a los robos.
Aunque es muy pobre, dice que esa es una realidad que no le asusta. Ella comenta que es agraciada porque sus hijos e hijas ven por su bienestar, pues desde que murió su esposo Toribio, ahora depende de ellos.
Más que la pobreza a la septuagenaria le preocupa que ahora la juventud esté perdida, pues en este poblado es común ver a los muchachos con su caguama en mano, ?y aunque no los he visto, dicen que andan marihuanos?.
Como todos los ejidos de este municipio, Santo Niño carece de muchos servicios, entre ellos el drenaje y la pavimentación de sus calles, ?pero también falta una buena mano de las autoridades para que acaben los vicios en este lugar?.
También le preocupa la escasez de agua potable, pues asegura que hay veces en las que no sale ni una gota y la gente anda desesperada buscando abastecerse de ella.
Otras vecinas están de acuerdo con doña Narda, pues aseguran que la venta de drogas es un grave problema por la falta de vigilancia, situación que también es aprovechada durante los fines de semana para organizar peleas de gallos.
Las amas de casa dicen que los niños y los jóvenes ya no tienen respeto por nadie. Añoran los tiempos cuando los padres de familia no permitían a sus hijos andar a altas horas de la noche, menos drogarse y beber en la calle.
Lo más grave para ellas es que los policías pasan cuando les da la gana y no hay quién controle esta situación, por eso los vendedores de droga proliferan en esta comunidad rural. Las señoras se preocupan por los niños, pues aseguran que a los diez años ya comienzan a utilizar las drogas.
Epifania López Díaz, habitante de este ejido, comenta que le molesta la escasez de agua potable. Ella asegura que el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento (Simas), les proporciona el servicio a medias, es decir, un rato en la mañana y otro en la tarde, pero el ama de casa considera que es insuficiente por las altas temperaturas actuales.
La realidad
Por la falta de vigilancia, los pleitos entre los jóvenes son constantes.
Más cuando los campos de beisbol son utilizados para llevar a cabo peleas de gallos, el consumo de alcohol y drogas se incrementa considerablemente.
Las vecinas aseguran que los policías nada más pasan, pero no vigilan dónde están todos los drogadictos.
Hay muchos lugares donde les venden droga.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón