Agencias
México, DF.- La Condusef presentó ayer la calculadora de envío de remesas, cuyo objetivo es beneficiar a 10.2 millones de mexicanos residentes en Estados Unidos, quienes de manera habitual mandan recursos a 1.4 millones de familias en México.
En los últimos diez años el envío de remesas se convirtió en uno de los mayores apoyos para la economía nacional al multiplicarse 5.5 veces y alcanzar en 2005 la cifra de 20 mil 035 millones de dólares, señaló Luis Fabre.
El vicepresidente Técnico de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señaló que estudios recientes de la institución revelan que 80 por ciento de los trabajadores temporales encuestados realizaron diez envíos de dinero al año, en promedio.
De éstos, 67 por ciento dijo tener un ingreso promedio de entre mil y dos mil dólares al mes, y envía en promedio 300 dólares en cada ocasión.
En México se detectó que 1.4 millones de hogares mexicanos de nueve estados de la República son los principales receptores de las remesas de los connacionales que residen en Estados Unidos, lo que equivale a 5.7 por ciento de la población.
El directivo dijo que aunque el costo promedio de la operación bajó casi 50 por ciento hasta llegar a 11 dólares por un envío de 300 dólares, la Condusef promueve con la calculadora mayor competencia entre los agentes financieros y las remesadoras, en beneficio de los trabajadores residentes en Estados Unidos y sus familias en México.
?Letra chiquita?
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, (Condusef) recomendó a los clientes de las instituciones financieras, sobre todo de bancos, leer la "letra chiquita" de los contratos.
De acuerdo con un artículo publicado en la revista Proteja su Dinero editada por la Comisión, un porcentaje importante de las quejas que recibe la institución se relaciona con la falta de lectura del texto que aparece en letra de menor tamaño.
Advierte que la firma de un contrato sin leerlo ni comprenderlo implica una alta probabilidad de problemas futuros, pues se desconocen las condiciones en que se dará la relación entre ambas partes, que además de representar una desventaja para el usuario, también puede traducirse en pérdida de dinero.
Sin embargo, expone que "en su afán por minimizar costos, algunas instituciones financieras usan en sus contratos, parcial o totalmente, un tipo de letra demasiado pequeña, sin tomar en cuenta si el cliente podrá o no leerla con facilidad.
Debido a las constantes molestias que entre los ciudadanos genera la ilegibilidad de los contratos financieros, la Condusef recomienda a las instituciones destacar ciertas cláusulas interesantes para los clientes mediante un tipo de letra diferente, con tipografía más grande. El usuario debe tomarse el tiempo que requiera para leer cuidadosamente los contratos de adhesión y sobre todo la "letra chiquita", más aún cuando se trata de los servicios y/o productos financieros, agrega el organismo.
