El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- Los cambios de hábitos alimenticios ya representan un problema de salud pública en México, en donde el consumo de sopas instantáneas o de ?vasito? forma parte importante de esta transformación, sin embargo, la Profeco advierte que no es recomendable que estos productos sean consumidos por personas con sobrepeso o hipertensión arterial.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un estudio de las empresa dedicadas al lucrativo negocio de las sopas de ?vasito?, pues este producto se vende tan bien que el sector de alimentos deshidratados y precocidos, representa el 35 por ciento del valor del mercado total de pasta en el país, de acuerdo con información de Pasta Italiana en México.
La expansión del negocio ha llegado hasta las máquinas vendedoras, de esas que usualmente se usan para ofrecer refrescos, jugos, golosinas y pastelillos, entre otras. Hay una empresa que desde abril de 2005, vende las máquinas que permiten obtener el ?kit? sopero completo, es decir, el producto caliente en su vasito de unicel, cuchara y salsa, todo por siete pesos.
La Profeco comenta que los mexicanos ya dejaron de ser ?frijoleros? y ahora hasta desdeñan el maíz, alimento ancestral. Dice que fue a partir de hace poco más de una década que a este país llegaron las sopas instantáneas como una botana a la que sólo hay que agregarle agua, ese fue el inicio de una industria que vende en México 514 millones de vasos al año.
De acuerdo a la dependencia, los alimentos prefabricados y las cadenas de comida rápida se ofrecen como panacea alimenticia para aquellos que, como es común en la vida moderna, no tienen tiempo de sentarse a degustar una comida completa.
Por lo tanto, las sanas tradiciones alimentarias que todavía algunos mexicanos conservan, sobre todo quienes habitan en las zonas rurales, están cambiando: las frutas y las verduras ahora se sustituyen por el consumo de alimentos ?chatarra? que tienen la ventaja de ser más ?llenadores?.
En su análisis, la Profeco descubrió que todas las sopas en vasito, independientemente de su marca y sabor, son iguales desde el punto de vista nutricional: ofrecen un aporte calórico considerable de entre 274 y 334 kilocalorías, sus contenidos de proteínas oscilan entre los seis y siete gramos, los de grasa de 10 a 14 granos, los de carbohidratos entre 40 y 45 gramos.
Contaminante
Para envasar alimentos, como las sopas instantáneas, fabricar platos y vasos desechables, empaquetar aparatos electrónicos y computadoras o como aislante térmico y acústico, entre otros, se emplea el poliestireno expandido conocido por todos como unicel.
Tal parece que el unicel es muy útil pero tiene dos grandes defectos: su proceso de producción es muy contaminante y es un material que no se descompone ni se integra a la naturaleza porque no es biodegradable.
En la ciudad de México se producen en promedio 12 mil toneladas de basura al día, de las cuales sólo se recicla entre el 15 y 18 por ciento. El unicel es uno de los desechos peligrosos presentes en la basura, pues es un material que se utiliza exageradamente y no se recupera, ya que no existen muchas alternativas de aprovechamiento ni un mercado interesado en adquirirlo.
