Prácticamente el comportamiento del tipo de cambio en México en los últimos once años ha obedecido al libre juego de la oferta y demanda de dólares en tanto que desde entonces el país goza de un régimen de tipo de cambio flexible. Por esta razón, cuando han existido en este proceso volatilidades causadas fundamentalmente mas por factores externos que internos, y que han afectado la demanda de las divisas el peso evidentemente se ha visto presionado, pero luego se estabiliza sin necesidad de perder reservas internacionales porque se supone que un régimen como el que tenemos no debe de intervenir el Banco de México con oferta de divisas para contribuir a la estabilización, por lo que ésta se ha dado en su momento por el propio mercado.
De esta manera, hemos visto en el período que se señala arriba presiones cambiarias causadas por algunos de los llamados ?shocks externos?, como el efecto ?dragón? causado por la inestabilidad financiera de los países asiáticos en 1997; el famoso efecto ?vodka? causado por la crisis Rusa en 1998 y que vimos el tipo de cambio por arriba de $12.00 por dólar; el efecto ?samba? causado en 1999 por la devaluación del real de Brasil; y el efecto de la recesión de Estados Unidos en el 2001 cuya salida fue relativamente rápida. En todos los casos si recordamos fue el propio mercado el que se encargó de regresar al tipo de cambio a los niveles que hemos visto.
En estos once años en ningún momento el factor político ha significado ningún riesgo para que se presione el peso. Últimamente hemos observado cierta presión cambiaria a grado que el peso el pasado martes se ubicó por arriba de los $ 11.00 por dólar, y la razón no ha sido como algunos suponen por el factor político y en particular por el proceso electoral, mas bien ha sido por causa también por factores externos que en síntesis se pueden explicar por el creciente diferencial de tasas de corto plazo entre Estados Unido y en México, ya que allá van para arriba y aquí van para abajo por cuestiones de política monetaria.
Lo que sigue internamente durante el año es el proceso electoral y postelectoral el cual si hace que se ?enrarezca? el ambiente quizá puede que si contribuya a que el tipo de cambio se presione mas, ya que esto produce que la incertidumbre se eleve y seguramente las expectativas de los agentes económicos irán moviéndose.
Considero en este sentido que hay algunos elementos a considerar para que el factor político influya en cierto sentido en la actividad cambiaria. Primero, que el proceso electoral implique que se empiecen a complicar las cosas entre los candidatos y que haga que la gente empiece a demandar divisas por desconfianza y temor; En segundo lugar, quede quien quede de candidato habrá expectativa entorno a su programa de Gobierno una vez sentado en la silla, y si es el candidato que va de ?puntero? en las encuestas pues seguramente mas expectativas se levantarían; y en tercer lugar una vez pasadas las elecciones habría que ver que los candidatos que perdieron estén conformes, de otra manera también se contribuiría a elevar la incertidumbre por el ruido político que se generaría.
En fin aunque nadie tiene la ?bolita mágica? para saber hacia donde se dirigen las variables como ésta del tipo de cambio, lo que debe de quedar muy claro es que gracias al régimen cambiario que tenemos se descartaría una devaluación fuerte que complique a la economía, además que el flujo de remesas internacionales continuaría, el ingreso por exportaciones petroleras no pararía, las exportaciones no petroleras seguirán su curso, la inversión extranjera quizá ?pagaría por ver? pero el flujo seguro que continuaría porque México es y seguirá siendo un país emergente importante, tenemos enormes reservas internacionales que seguramente por el régimen cambiario el Banxico no las utilizaría, pero por si acaso ahí están. Y todo ello son fuentes de divisas que en un mercado compensarían a la demanda especulativa que en su caso se generaría.
Igual no pasa nada como se ha visto en otros países que han cambiado de Gobierno y el proceso político seguirá su marcha sin trastocar de manera importante las variables financieras como el tipo de cambio, y lo que sí en este proceso ojalá y haya la suficiente madurez para que en un momento dado no cunda el pánico y no se tomen decisiones mas haya de las fronteras de la racionalidad... ¡hasta la próxima! jorge.cepeda@banorte.com
