EL SIGLO DE TORREÓN
SAN PEDRO, COAH.- La recesión económica que padece la mayoría de los habitantes del país, no excluye a la población sampetrina que se ha visto en la necesidad de pignorar sus pertenencias a fin de obtener dinero para hacer frente a las necesidades más apremiantes del hogar.
Esta situación ha favorecido la proliferación de bazares o casas de empeño, en las cuales mediante una garantía de algún artículo electrodoméstico, de línea blanca, electrónico, joyería y en algunos casos vehículos automotores, se puede conseguir liquidez inmediata.
A través de un convenio por escrito, en las casas de empeño se reciben estos objetos, por los cuales se cobra un interés (por lo general del diez por ciento, aunque hay otras con el nueve y muy pocas con el siete o cinco) mensual, pero de momento se sale del apuro.
Genoveva Hernández lo comprobó cuando de la escuela primaria donde estudia su hija de 12 años, le enviaron un recado donde se le comunicaba que la menor saldría en un bailable a realizar el próximo día diez del presente mes, con motivo de celebrar el Día de las Madres.
La noticia fue inesperada y llegó en el peor momento: No tenía dinero para comprar la tela con qué mandar a hacer el vestido que le pidieron a su hija, que de no cumplir con el compromiso, le bajarían puntos en su calificación.
?Crescencio (su marido) tampoco tiene dinero, pues estamos pagando una televisión que sacamos a crédito hace medio año, por lo que no sabía cómo hacerle?, recuerda la mujer, vecina del ejido San Rafael de Abajo.
?Entonces me acordé que para eso son las cosas y llevé la televisión a un bazar donde me prestaron 500 pesos, lo que me ayudó a comprar lo necesario para el vestido de Cristina (su hija). Ya se lo mandé a hacer con la costurera y apenas voy a completar?, dice.
Luis Alfredo Bernal, propietario de un bazar ubicado en la zona Centro de San Pedro, manifiesta que negocios como el suyo representan una ayuda para la comunidad, aunque muchos digan que se enriquecen con la necesidad ajena.
?Aquí cobramos el nueve por ciento mensual y si la gente no tiene dinero para desempeñar sus pertenencias, aceptamos abonos a cuenta. Lo importante es que no se queden sin sus cosas. A nosotros no nos interesa eso, preferimos seguir prestando, pues es así como ganamos?.
Señala que él también ha sufrido de la crisis económica, pues mucha gente ha acudido a pignorar objetos diversos y esto ha causado una sensible descapitalización en el establecimiento, pues pocas personas van a refrendar y sólo algunas a recuperar sus prendas de valor.
?Gracias a un compadre que trabaja en el otro lado (Estados Unidos), pude seguir adelante, pues me prestó un dinerito que poco a poco se lo estoy pagando. Con intereses, claro, pero sólo así pude continuar en el negocio?, expresa.
Luis Alfredo comenta que el próximo mes es bueno para las casas de empeño, pues es la época cuando la gente tiene dinero y va a rescatar sus pertenecías y esto representa recursos frescos y la recuperación del capital prestado.
?Aparachuecos?
Aunque para algunos las casas de empeño representan una opción de mucha ayuda en casos de urgencia, para otros son el lugar donde pueden comercializar objetos robados, es por ello que en forma regular elementos de la Policía Ministerial visitan al azar estos negocios.
Gerardo Mario Ramos Salazar, comandante de la citada corporación, dice que la mayoría de estos establecimientos trabajan lícitamente, sin involucrarse con personas muy conocidas que se dedican al robo a casas habitación o de accesorios de vehículo.
?Hasta el momento no se ha detectado ningún negocio con artículos reportados como robados, sin embargo, existe la indicación expresa de que se continúe con este tipo de operativos?, cometa.
