?Año Nuevo, vida nueva?. Cada vez que comienza un nuevo año decimos lo mismo y hacemos una serie de propósitos con la firme convicción de que los cumpliremos, sin embargo, llegando el Seis de Reyes nos dimos por vencidos. Sin duda alguna, todos seríamos muy diferentes si en realidad cumpliéramos nuestros propósitos de Año Nuevo, pues no cometeríamos los mismos errores y no volveríamos a caer en los mismos vicios.
Aunque es difícil, debemos esforzarnos por realizar lo que prometemos. Esto no sólo nos beneficiará a nosotros, sino también a todos aquellos que nos rodean y que de una forma u otra sufren las consecuencias por nuestra forma de ser y actuar.
El principio de un nuevo año es la ocasión perfecta para plantearnos nuevas metas que permitan nuestro crecimiento como seres humanos. Qué bueno sería que los funcionarios públicos de la nación estuvieran conscientes de esto y dedicaran unos cuantos minutos para hacer sus propósitos. Como muchos de ellos tal vez están muy ocupados en el cumplimiento de sus labores y ni tiempo han tenido en pensar en sus metas para el nuevo año, me atreveré a sugerirles algunos propósitos que pueden ayudarlos y a la vez, ayudarnos a nosotros también.
Felipe Calderón debe aprovechar el principio de este año para seguir haciendo todo lo que Fox no llevó a cabo. Aunque ésta es una tarea ardua dado lo mucho que no se hizo en el sexenio anterior, Calderón deberá seguir trabajando en los operativos de seguridad extendiendo las acciones a otras entidades. Deberá trabajar también por los pobres. Aunque se espera una desaceleración económica en Estados Unidos, él deberá impulsar las reformas estructurales para que México vuelva a ser un país atractivo para el inversionista y, así, puedan generarse las suficientes fuentes de empleo para todos los mexicanos.
Debe también pensar en una gran reforma educativa, pues las cosas no se han hecho bien en este rubro. La nociva presencia del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación ha provocado un continuo atraso educativo y, por consiguiente, del país.
Si en este gremio pensaran menos en política y más en México, entonces viviríamos otra realidad. Otro propósito que puede hacer Felipe Calderón es el de renunciar a la tentación de todo presidente de aprovechar su sexenio para asegurar su futuro económico y también el de sus tatatatatatatatatatatatatataranietos. Pero México no sólo necesita que el presidente sea honesto, sino que también lo sean todos los funcionarios públicos del país.
Otro funcionario público que también debe preocuparse por hacer sus propósitos para el año que comienza, es Humberto Moreira Valdés. Sin duda nuestro gobernador ha hecho un buen papel, pues en muy poco tiempo ha logrado lo que no se hizo en todo un sexenio: que grandes industrias se interesen nuevamente en Coahuila para fijar sus plantas de producción y así crear más oportunidades de empleo.
El haber conseguido que tanto que Grupo Modelo y Freightliner se decidieran por Coahuila, es un gran respiro ante la asfixiante necesidad de empleo en distintas regiones del Estado. Otro compromiso que debe hacer el gobernador del estado es el de combatir la marginación presente en distintas comunidades.
Aunque se ha emprendido una campaña para recolectar fondos, este esfuerzo no debe quedar en una simple recolección, sino que sociedad y Gobierno debemos luchar conjunta y continuamente para que existan para todos los coahuilenses unas condiciones de vida dignas. Muchos propósitos pueden hacer nuestros gobernantes. Sin embargo, el cumplir las promesas de campaña sería suficiente. Pero no sólo los funcionarios públicos deben hacer sus propósitos de Año Nuevo, sino también todos los ciudadanos. Pensemos en todo aquello que podemos hacer para contribuir al desarrollo de nuestra comunidad, pues sólo con nuestra colaboración podremos vivir en un México mejor.
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