EFE
TORONTO, CANADÁ.- Paul McCartney y su esposa visitarán hoy y mañana los hielos flotantes frente la costa atlántica de Canadá como parte de la campaña contra la caza de focas que organiza la Sociedad Protectora de Animales de EU (HSUS por sus siglas en inglés).
Paul y Heather McCartney y miembros de la HSUS viajarán a la zona de los hielos, donde cada año nacen miles de focas, para aumentar el conocimiento internacional sobre la caza de estos mamíferos, dijo el portavoz de la sociedad, Tracey McIntire.
McIntire confirmó que el ex Beattle y su mujer, dos conocidos activistas en favor de los derechos de los animales, se encuentran viajando en estos momentos desde Gran Bretaña en dirección a Canadá.
Este año las autoridades canadienses todavía no han anunciado cuándo se abrirá la veda para la caza del mamífero.
Habitualmente la caza se permite entre mediados de marzo y mediados de abril pero depende del grosor de la capa de hielo acumulado frente a las costas atlánticas canadienses.
Las focas arpa, las más numerosas en la región, utilizan la capa de hielo flotante para dar a luz a sus crías en estas fechas.
A medida que se acerca la primavera, la capa de hielo disminuye en grosor y se rompe en múltiples series de hielos flotantes, lo que permite a los cazadores canadienses aventurarse en las aguas del golfo de San Lorenzo y de la costa de Terranova para cazar las crías.
Organizaciones ecologistas como HSUS o el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) organizan cada año campañas contra la caza de focas por considerar que se trata de una práctica cruel.
Los animales, en su mayoría crías, son golpeadas en la cabeza con palos por los cazadores. Posteriormente son despellejadas en los hielos y sus cadáveres abandonados, ya que sólo la piel tiene utilidad comercial.
El año pasado, el Ministerio de Pesca canadiense autorizó la caza de casi 320.000 focas. En los pasados tres años, las autoridades canadienses han autorizado la caza de casi un millón de ejemplares, aunque las organizaciones ecologistas consideran que el número real de muertes supera con mucho esta cifra.
Los grupos ecologistas consideran esta cantidad una amenaza para la supervivencia de la especie, opinión que es disputada por el Gobierno canadiense, que en mayo estimó la población de focas arpa en 5.9 millones de animales.
