En la historia de los diversos sectores de la sociedad y especialmente en la clase asalariada, existe la necesidad de que los trabajadores se organicen para la defensa de sus intereses sociales y económicos ante sus patrones. Es por ello que surgió el sindicalismo; movimiento que tiene la misión de cubrir dichas demandas. El sindicalismo debe ser un movimiento evolutivo que continuamente busque fórmulas para adecuarse a los cambios sociales y económicos con el fin de desarrollarse de manera exitosa para cubrir las necesidades y peticiones de los asalariados y lograr un mayor bienestar y no ser organizaciones que buscan beneficios particulares.
En Europa están muy desarrollados en este aspecto, porque existe una relación entre sindicatos y organizaciones patronales a través de una negociación colectiva, para que los trabajadores reciban los beneficios que resultan de dicha negociación colectiva, independientemente de si están o no afiliados a algún sindicato. Estos organismos colectivos en Europa alcanzan niveles que van del 60 al 92 ó 95 por ciento de los trabajadores asalariados, mientras que la afiliación a los sindicatos es más reducida; y esto se debe a que existe un marco institucional que define las condiciones para asegurar que los contratos de trabajo entre empresarios y empleados se cumplan y todos salgan beneficiados. De esta manera se evita lo que sucede en México, que los beneficios que presumiblemente obtienen los sindicatos no llegan a los trabajadores, sino a los seudolíderes corruptos que sólo buscan su propia riqueza y poderío.
En marzo de este año, Juan de la Borbolla escribió en El Siglo de Torreón un artículo sobre el tema de los sindicatos diciendo: ?Uno de los enclaves que aún quedan del México bronco, autoritario, corporativista y corrupto es el que se mantiene en algunos sindicatos que han permanecido como feudos patrimonialistas de personas, familias o grupos que acumulan poder, riqueza y lujos impresionantes, mientras que los trabajadores, a quienes pretendieron defender, viven en la miseria y en condiciones de trabajo impropias y riesgosas?. Este sindicalismo, más preocupado por la actuación política partidista, principalmente en el PRI, aunque en los últimos tiempos también en el PRD, que en la defensa auténtica de los derechos laborales de trabajadores... Ante la enérgica acción de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y de la Procuraduría General de la República contra uno de esos feudos de poder, el que Napoleón Gómez Urrutia heredara de su señor padre: el Sindicato de Mineros Metalúrgicos de la República Mexicana?, quien está siendo investigado por la PGR por desviar la cantidad de 55 millones de pesos que eran para los trabajadores? ha producido la reacción de quienes se postulan como sindicatos democráticos apoyándolo??.
Lo anterior lo traigo a colación porque actualmente sigue la problemática, utilizando los líderes sindicales a los trabajadores como ?carne de cañón? para sus propios intereses de enriquecimiento y poder, sin importarles que ocurran muertes, como está sucediendo en Monclava con obreros lesionados en zafarranchos sindicales, o los maestros de Oaxaca, que abandonan las aulas de enseñanza al término del año escolar en detrimento de los niños y jóvenes que son el futuro del país. Además de que el señor Gómez Urrutia sigue ausente del país para evitar ser aprehendido e investigado. Yo pienso que ?quien nada debe, nada teme??