HABLEMOS DE BODAS
He aquí una historia interesante para aquellos padres que sufren por los gastos que ocasiona la boda de los hijos. En la India, la celebración de las bodas de las familias adineradas ha alcanzado un negocio lucrativo en el mercado hindú de diez billones de dólares, y los analistas de ese país dicen que la demanda por joyería de oro para dichos eventos ha incrementado considerablemente el precio del preciado metal. Existen empresas dedicadas a la celebración de estas ceremonias que cuestan desde los 20 mil hasta los dos millones de dólares, y que pueden incluir, entre otras cosas, las invitaciones pintadas a mano por un artista famoso, un banquete tailandés, un helicóptero para transportar al padrino de la ceremonia, etc. En estos casos no sólo se celebra la unión de dos personas, sino la unión de dos familias adineradas.
Debido al clima inestable en el país, las bodas para que tengan éxito deben celebrarse en la época adecuada y eso sólo ocurre en la temporada de invierno, lo que implica que se llegan a celebrar hasta 15 mil bodas por noche, generando un grave problema vial para los invitados que se tienen que transportar a los lugares de reunión.
Por ejemplo, de acuerdo a una revista semanal norteamericana, una boda puede significar tener mil invitados en una gran tienda de campaña del tamaño de un campo de cricket, tapizado por dentro con finas sedas y el techo de satín negro tachonado de estrellas hechas de lentejuelas, con cortinajes y cojines de sedas recamadas de hilos de oro y un buffet de 42 platillos; al lugar se le da una temperatura adecuada por medio de 20 calentadores de gas y es iluminado con 25 candelabros, 40 linternas, 66 spotlights y 288 velas. Además, la tradición indica que deben celebrarse fiestas separadas para cada integrante de la pareja y sus familiares y amigos, por lo que, en ocasiones, se organizan hasta cinco reuniones en una semana.
Padres mexicanos, hay que estar contentos de que sus hijas se casen en este país. ¿No creen!...
