LA CLONACION DE ?DOLLY?
El mes pasado se cumplieron diez años de la clonación en Edimburgo, Escocia, de una oveja, a quien llamaron ?Dolly?, en honor de Dolly Parton, famosa cantante americana de música country, tanto por sus dotes musicales como por su busto, copa Z (creo), en una época en que las modelos y gente del espectáculo en general no utilizaban los implantes para ?crecer sus encantos?, autenticidad que la hacía más atractiva. La llamaron ?Dolly? porque fue clonada de una célula mamaria de una oveja adulta, contradiciendo un dogma que decía que la clonación era imposible.
Lo anterior dio origen a duplicaciones en animales de laboratorio en todo el mundo y a la posibilidad de la clonación en humanos; sin embargo, una década más tarde, después de que se han efectuado clones en ratones, gatos, vacas, cerdos, caballos y, recientemente, un perro, ha sido muy evidente que, de alguna manera, son defectuosos. Cuando eso sucedió la comunidad científica estaba muy optimista. Aquellas personas que adoraban a su mascota próxima a morir pagaron miles de dólares para clonarla, para al final darse cuenta que no era totalmente igual, ya fuera por el color del pelaje o la actitud diferente hacia sus amos. Todo esto porque fueron producto de un mecanismo molecular antinatural que no resultó adecuado para elaborar copias idénticas.
En el caso de la oveja ?Dolly? fue la única sobreviviente de 277 intentos, porque el proceso involucra cuando menos a tres animales, cientos de huevos, cientos de células y nada de esperma. Por cada clon nacido, cientos no pasan del primer día o semana, con defectos muy severos que les impiden la supervivencia. Los problemas ocurren en pulmón, músculos, hígado, cerebro y corazón. Sin embargo, esos problemas son privativos de los clones, porque cuando los clones se cruzan con animales normales, con óvulo y espermatozoide, las anomalías no se transmiten a la siguiente generación; pero, cuando un clon se cruza con otro clon las deformaciones se acentúan.
En lo que respecta a ?Dolly, fue afortunada porque sólo mostró dos signos de anormalidad: una artritis que desarrolló en edad muy temprana, y el tener pocos telomeros en sus células, lo que le originó un envejecimiento prematuro. Cuando murió de cáncer de pulmón y le practicaron la autopsia, vieron que el resto de sus órganos eran normales. Rudolf Jaenisch, genetista del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) refiere ?al reprogramar se afecta todo el genoma? hasta lo que se sabe actualmente se concluye que la clonación de animales no puede ser normal, puede estar cercano a lo normal, pero no es normal?, y agrega ?no se pueden reproducir células humanas, no por problemas tecnológicos, sino por problemas biológicos?. A lo que se pueden agregar las implicaciones éticas.
Hasta ahora, los científicos aducen que la clonación en estos diez años ha servido para lograr avances en el tratamiento de enfermedades en los animales y se piensa que dentro de otra década ya se estará utilizando para el servicio de los seres humanos. De cualquier manera, como se vea, son avances tecnológicos increíbles, que parecieran de ciencia ficción, pero son totalmente reales.