Marcos Aguinis, en la revista Letras Libres, nos relata el cuento del asno que cayó en un pozo muy profundo. Su dueño, que era un campesino carente de medios, no tenía herramientas, ni sogas, ni poleas, ni otro tipo de arreos para extraerlo de ahí (o darle el tiro de gracia). Pasaban las horas y el animal sufría en el hueco. Nadie encontraba la solución y decidieron enterrarlo vivo, total ya estaba viejo y maltrecho. Comenzaron la macabra tarea y con una pala empezaron a echarle tierra encima. El burro se quejaba y los hombres, anegados en llanto, trabajaban con mayor rapidez. De repente, cesaron los gritos del burro. Los hombres se asomaron al pozo y lo que vieron los sorprendió. El animal continuaba con vida porque con cada descarga de tierra sacudía el lomo y pisaba encima. Con otras paladas de tierra, alcanzó el borde y pudo caminar entre ellos, que lo recibieron con alegría.
Esta alegoría, la trato para explicar cuántas veces se ha intentado enterrar el populismo y siempre ha emergido con energías renovadas, y yo lo traigo a colación a propósito de López Obrador, quien por haber salido de las filas del PRI, utiliza particularmente esta táctica para tratar de llegar a la Presidencia de la República.
Aguinis nos dice que populismo es un nombre tramposo porque deriva de la palabra ?pueblo?, pero que jamás beneficia al pueblo, porque el populismo es una tendencia que pretende ser la genuina representante de su pueblo, interpretar mejor que nadie sus aspiraciones y luchar por su beneficio, pero eso no es verdad... (el populismo) afirma que hace todo lo posible, y hasta lo imposible para la gloria y dicha de los ciudadasnos, perdón, ciudadanos, pero el beneficio es para el que maneja a las masas.
Explica: ?Así lo proclaman y difunden los populistas y en esas ?maravillosas? cualidades llegan a creer no sólo quienes se adhieren al populismo -por su ingenuidad e intereses-, sino sus propios líderes, aunque naveguen en la felonía y la corrupción más desfachatada? (René Bejarano y compinches)? ?La manipulación de la opinión pública es fundamental porque necesita que las masas crean a pie juntillas que los dirigentes son claros, infalibles y sacrificados? y el pueblo deja de ser sujeto para convertirse en un rebaño que se empuja, alimenta y carnea?.
También nos explica Aguinis en su ensayo sobre el populismo, que el instrumento perfecto para engrillar a una sociedad populista es el asistencialismo. Esta expresión la creó Napoleón en el siglo XIX y en el siglo XX fue luego imitada por Mussolini, Hitler y otros personajes (el PRI), que la perfeccionaron con la movilización de masas y la exaltación revolucionaria. Nos dice: ?El asistencialismo se defiende con argumentos que parecen lógicos, pero a la larga no es provechosa para la sociedad, porque la asistencia social manejada desde el gobierno produce una involución de graves consecuencias, ya que genera un retroceso hacia la dependencia, incentiva la cultura de la dádiva y arrastra vastos sectores hacia una postura infantil, demandante y acrítica (sobre todo esto último)? el populismo brinda ayuda para conseguir la adhesión del pueblo, no para que los ciudadanos maduren, por eso reparten pescados, no cañas de pescar? su secreta aspiración es que el pueblo se mantenga en la penumbra de la mediocridad, que sea cómplice? lo quieren agradecido, irracional y miserable?.
El ensayo de Marcos Aguinis es excelente en todos sentidos, y termina diciendo: ?¿Habrá rebelión contra las iniquidades del populismo? ¿Las sociedades encadenadas a la miseria terminarán por abrir los ojos? ¿Conseguirán sacarse de encima una tendencia que sólo les depara fracaso y más dolor? ¿Se darán cuenta que el populismo no sólo envilece la economía, sino también el alma??.
En lo personal, considero que este último pensamiento actualmente es casi una utopía, pero ojalá y algún día se convierta en realidad y que, por lo pronto, el populismo no tenga cabida en nuestro México lindo y querido. Pensemos y analicemos muy bien nuestro voto para no caer en la trampa.