MOZART COMO PRODUCTO DE CONSUMO
En 1976 hice mi primer viaje a Europa y como toda mi vida he estado enamorada de la música de Mozart, naturalmente que decidí visitar Salzburgo, su lugar de nacimiento, para empaparme de su biografía, su ?presencia? y su música. Visité la casa donde nació y vivió su niñez y juventud, el clavicordio donde compuso su primera sonata para violín y piano a los seis años de edad, la iglesia donde se encuentra la pila bautismal donde lo bautizaron, las calles que él transitaba, etc.
En aquel tiempo, se puede decir, era más idealista y recuerdo que me molestó ver en las tiendas locales unos chocolates con su efigie llamados Mozart, me pareció una falta de respeto a su grandeza, pero, me acabo de enterar que con motivo de los 250 años de su nacimiento un sinnúmero de productos con su nombre inundan su ciudad natal, a la espera de miles de turistas que la visitarán. Ni hablar, vivimos en una sociedad de consumo y ni los grandes de la historia se salvan.