El 12 de marzo de 1998, Natascha Kampusch tenía diez años de edad e iba a la escuela, como todos los días, cuando fue raptada por Wolfgang Priklopil, técnico en comunicaciones de 36, quien la subió a su carro y la apartó del mundo, escondiéndola en un sótano de seis metros cuadrados, sin ventanas e insonorizado (no se escuchaban ruidos del exterior) durante ocho años, en Strasshoff, suburbio de Viena. A los seis meses le permitió subir a la casa y solamente durante el último año de cautiverio lo acompañó, esporádicamente, al exterior a hacer compras al supermercado. En una sola ocasión la llevó a 160 kms. de Viena a esquiar, pero, siempre con amenazas, no pudo escaparse. Su victimario formaba parte de su vida: le tenía que llamar ?amo?, desayunaban, cocinaban, hacían la limpieza juntos, lo que le sirvió para, al fin, escaparse. El día 23 de agosto de 2006 ayudaba a Priklopil a aspirar su coche y alguien le llamó por teléfono, él se alejó del carro porque el ruido de la aspiradora no le permitía escuchar, y ella aprovechó el descuido para ir con una vecina a solicitar ayuda, quien a su vez llamó a la policía. Natascha estaba delgada, pálida y llena de moretones. Su captor, al verse abandonado, se suicidó tirándose a las vías del tren.
Esto se escribe en unos cuantos renglones, pero imagínense el calvario que pasó la víctima esos ocho años encerrada. Las personas suelen aferrarse a sus recuerdos para seguir manteniendo el contacto con su vida anterior, por eso cuando se reunió con su padre, lo primero que hizo fue preguntarle si todavía existía su carrito de juguete; afortunadamente el padre lo conservaba porque era el juguete preferido de su hija. Natascha comentó que el día del secuestro había discutido con su madre, quien siempre le decía que no debían separarse enojadas porque algo le podía pasar a alguna de las dos y no tener la oportunidad de verse de nuevo para hacer las paces, situación que la mantuvo enojada consigo misma y con sentimientos de culpa durante todo su cautiverio.
Existe el ?Síndrome de Estocolmo? en las víctimas de secuestro, que significa la identificación con su agresor, por eso, a pesar de lo anterior, en su primera entrevista Natascha comentó no tener la impresión de que le hubieran robado la juventud, inclusive visitó la morgue y vio a su captor antes de su entierro y lloró su muerte.
Desde que la raptó, Priklopil le dijo que sus padres habían abandonado toda búsqueda, por eso, con quien no ha podido realizar una comunicación estable es con ellos, quienes antes del secuestro ya estaban divorciados. Natascha vive actualmente en el Hospital General de Viena bajo el cuidado de trabajadoras sociales y psicólogos y a su padre sólo lo ha visto esporádicamente y su madre sólo le hace visitas cortas, aunque frecuentes. Todo esto forma parte de una terapia psicológica llamada de ?reconciliación?, que se basa en que se les enseñe los álbumes familiares para humanizar a la persona y se le den explicaciones sobre lo fácil que es el que la mente sea cambiada para que los niños originen resentimientos con sus padres y así poderlos manejar más fácilmente y tener un dominio más amplio sobre su persona, a lo que se le llama ?Síndrome de Alienación Parental?, la cual es muy utilizada en los casos de divorcio por el padre que mantiene la custodia.