Que Dios nos conceda la sabiduría necesaria para otorgar a todas las personas que se crucen por el camino un crecimiento como individuos en lo espiritual, lo corporal y lo psicológico, para que ellos, a su vez, lleguen a ser plenos en conocimientos y en obras para beneficio de quienes los rodean. Esto puede significar un cambio importante en los ámbitos familiar, social y mundial, puesto que tenemos la oportunidad, y el compromiso, de ser agentes de cambio en el momento cósmico que nos ha tocado vivir.
Ésta es una oportunidad que nos concede la vida, tan sólo por estar vivos. No la desaprovechemos y actuemos en beneficio de nuestros semejantes, de acuerdo a las enseñanzas de Jesucristo; hagámoslo siempre y, particularmente, en estas fechas de su natalicio.
¡Les deseo un venturoso año 2006!