ANTÓN CHÉJOV EN LA LAGUNA
El sábado pasado se presentó en el teatro Alfonso Garibay la obra El Canto del Cisne de Antón Chéjov, dramaturgo ruso de finales del siglo antepasado, creador del Teatro de Atmósfera. Esta obra es una de las más representativas de su producción y asistimos con grandes expectativas a verla.
Las expectativas se cumplieron, la puesta en escena fue excelente, con una escenografía sobria, como lo ameritaba el argumento, y una actuación soberbia del actor-director Salvador Salas, el violinista Miguel Ángel García tocó con maestría la música El Cisne, de Camille Saint-Saëns, y la bailarina Norma Castellanos interpretó con mucha sensibilidad al cisne. Al término de la obra se llevó a cabo un cambio de impresiones con el público asistente, en donde hubo opiniones muy interesantes. Vasil Vasilich, el personaje central, nos comunicó con gran acierto sus temores, sus angustias, su soledad y el vacío de su vida vista en retrospectiva, generando en los espectadores cuestionamientos importantes.
Al asistir al espectáculo, nos percatamos que los laguneros hemos perdido el gusto por el buen teatro, porque, aunque usted no lo crea, éramos escasamente 15 personas las asistentes. Creemos que las escuelas de preparatoria y, sobre todo, las universidades, deberían estar pendientes de la puesta en escena de este tipo de obras para que, de alguna manera, fomentaran en los alumnos su asistencia y así acrecentar su acervo cultural (si es que dichos centros del saber realmente imparten algo de cultura a sus educandos); aunque lo ideal sería que los alumnos las presentaran y las actuaran como algo extra de sus estudios. En Torreón se cuenta con excelentes directores que pudieran dar cátedra sobre la materia, y les toca a los padres de familia hacer presencia y exigir que sus hijos obtengan algo más que grados académicos.