EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El ochenta y cinco por ciento de las amputaciones por pie diabético se puede prevenir si el paciente lleva un control estricto de los medicamentos prescritos y de su dieta, acude periódicamente con su médico familiar, usa zapatos adecuados y se cuida los pies.
Jesús Vásquez Díaz, especialista en medicina interna y coordinador de atención médica en la Delegación Coahuila del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dijo que el pie diabético es la segunda complicación más frecuente en este tipo de pacientes, después de la nefropatía.
México ocupa el tercer lugar en América latina en la mayor incidencia de esta enfermedad secundaria, tras de Brasil y Chile, mientras que Coahuila es uno de los estados de la República que concentra un mayor número de pacientes diabéticos y mensualmente se añaden alrededor de 700 casos nuevos.
Indicó que quien no lleva un estricto control de su diabetes mellitus, tiende a sufrir dicha complicación diez años después del inicio de esta enfermedad crónica-degenerativa, en promedio la mitad de los que sufren de pie diabético, antes de los dos años, lo desarrollarán en la otra extremidad.
De cien amputaciones que practica el Seguro Social el ochenta por ciento es por pie diabético, y el resto por traumatismos. La mayoría de las primera enfermedad se pueden prevenir con medias específicas: acudiendo a consulta médica periódicamente para su control metabólico, y con el uso de zapatos medio número más grande, de suela gruesa, piel muy delgada, fina, ligera, sin costura, y con plantillas.
Lo anterior es con el fin de evitar lastimar o lesionar la piel, pues una vez que se lacera la dermis, por mínimo que sea, ya se tiene un alto riesgo de complicarse. Es importante, dijo el doctor, comprar el calzado por la tarde porque es cuando los pies están más hinchados.
Queda prohibido, dijo el especialista del IMSS, usar tenis y zapatos que produzcan sudoración y humedad. Hay que evitar que el propio paciente o personas no especializadas corten las uñas de los pies, pues un mal manejo es otro factor de riesgo para sufrir una severa infección.
Advirtió que el diabético debe revisarse todos los días sus pies después del baño, y secárselos perfectamente, inclusive entre los dedos, para evitar la presencia de la humedad que facilite la producción de hongos, los cuales, en caso de padecerlos, requiere atención médica para eliminarlos pues es otro condicionante.
Jesús Vásquez Díaz recomendó mantener lubricada la piel de los pies, de preferencia aplicarse aceite de almendras dulces, y no caminar descalzos, así como nunca meterlos al agua caliente para saber si ya está fría, pues entre los diabéticos pierden la sensibilidad, sobre todo de las extremidades, y pueden sufrir una quemadura.
El pie diabético comienza con una pequeña lesión, o mucha resequedad o agrietados; además de alteraciones en la sensibilidad, lo que sucede cuando el paciente refiere no sentir dolor, solo manifiesta piquetes, adormecimiento, calambres, como tipo descargas eléctricas que van evolucionando hasta que se pierde por completo la sensibilidad.
En este caso, añadió, si el paciente mete el pie en agua hirviendo no siente nada, y lo mismo sucede al pisar o tener un clavo enterrado, al cortarse con un cristal o bien si el zapato le queda apretado. Sin embargo, su piel sí va a sufrir daños importantes que favorece la presencia de procesos infecciosos y hasta grandes obscesos, con complicaciones tan severas, que en el peor de los casos, termina con la mutilación de la extremidad.
Remedios
Esta enfermedad se pueden prevenir con medias específicas:
Acudiendo a consulta médica periódicamente para su control metabólico
Con el uso de zapatos medio número más grande, de suela gruesa, piel muy delgada, fina, ligera, sin costura, y con plantillas.
Es importante comprar el calzado por la tarde porque es cuando los pies están más hinchados
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
