Más allá de la consternación, el dolor y la generalizada solidaridad que ha provocado en todo el país la tragedia que originó la explosión registrada en una mina en la zona carbonífera de Coahuila, en la que están atrapados 65 mineros por cuyas vidas se teme, los familiares de las víctimas y el líder nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos, Napoleón Gómez Urrutia, exigen una investigación sobre lo ocurrido, en virtud, según reveló éste, que desde hace tiempo su organización insistió ante la empresa Grupo México, en fortalecer las medidas de seguridad, dado que en esa zona, las autorizaciones oficiales para la explotación de minas de carbón son otorgadas fácilmente.
Es más, el dirigente nacional de los mineros explicó que en los últimos cuatro años le estallaron 12 huelgas a esa misma empresa en diferentes lugares del país, no sólo por demandas de incrementos salariales o mejores prestaciones económicas, sino precisamente por las malas condiciones de trabajo e inseguridad en que laboran.
Gómez Urrutia precisó que de los 65 mineros atrapados desde la madrugada del domingo pasado en la mina Pasta de Conchos, en el municipio San Juan de Sabinas, solamente 25 son sindicalizados, lo que revela que ellos fueron contratados -en su mayoría- con el pago de salarios más bajos, sin tener otras prestaciones, a pesar que se les hacen cubrir jornadas más largas que las que marca la Ley laboral.
El líder minero reconoció que es cada vez más frecuente que las empresas recurren de manera cada vez más exagerada al sistema del contratismo y no tener personal sindicalizado -ni experimentado en esas difíciles tareas- para reducir costos y evitarse obligaciones laborales ante los trabajadores, frente a un sindicato como el que él encabeza y que por esa razón ha tenido que entrar en confrontaciones y llegar no sólo a los emplazamientos a huelga, sino al estallido de éstas...
En las últimas horas el rescate de los mineros se ha dificultado en virtud de que han ocurrido nuevos derrumbes que impiden el avance de las brigadas para llegar al sitio en que aquéllos permanecen bajo los escombros.
Gómez Urrutia, al igual que el secretario del Trabajo, Francisco Javier Salazar; el gobernador priista de Coahuila, Humberto Moreira y algunos directivos de la empresa que explota esa mina de carbón, han permanecido en la boca de la misma auxiliando en las tareas de los grupos de rescatistas y al lado de los familiares de las víctimas.
Entre éstos priva la esperanza de que sean encontrados con vida, aunque francamente parecen ser muy pocas las posibilidades de que así sea. Tanto que en el cementerio de Sabinas se empezaron a cavar ayer algunas tumbas, aunque nadie supo decir con autorización de qué autoridades.
La situación es angustiosa y la solidaridad manifiesta, pero lo que los familiares de los mineros atrapados y el líder sindical de ellos demandan es que con todo y el dolor que viven, se investigue lo ocurrido y se deslinden responsabilidades sobre todo porque meses antes de la tragedia, como lo sostiene Gómez Urrutia, se advirtió la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en la mina Pasta de Conchos y se hizo caso omiso de ello.