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Pulso político

Francisco Cárdenas Cruz

Quienes a lo largo de semanas y meses se han dedicado a arrojar cerillos que enciendan el pasto seco de los muchos conflictos que hay a lo largo y ancho del territorio nacional y que el jueves 20 de abril en las instalaciones de la Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, en Michoacán, lograron que un violento y frustrado desalojo policiaco de mineros en huelga cobrara dos víctimas, tuvieron en Texcoco, Estado de México, nueva ocasión de desatar la violencia con la reaparición de los ejidatarios de San Salvador Atenco, que machete en mano, piedras y garrotes, se enfrentaron varias veces con elementos de las policías municipal, estatal y federal en una refriega en la que por lo menos se confirmó la muerte de dos personas y heridas varias decenas más entre las que se cuentan elementos de esas corporaciones.

La rotunda negativa de ocho comerciantes de flores que vendían sus productos frente al mercado público de Texcoco -cuyo presidente municipal es el perredista Nazario Gutiérrez Martínez- a ser reubicados, desató la trifulca que en unas cuantas horas convirtió esa población mexiquense en un campo de batalla en la que aquéllos y otros de sus compañeros recibieron apoyo de grupos de ejidatarios encabezados por Ignacio del Valle, el mismo que hace cuatro años encabezara aquellos bloqueos de carreteras, marchas y plantones que, igual que ahora, blandieron sus machetes, se opusieron a la construcción de un nuevo aeropuerto internacional en parte de sus tierras.

América del Valle, la aguerrida hija de aquel dirigente, asumió el mando de los grupos que enfrentaron a los uniformados luego que su padre desapareció entre versiones de que fue aprehendido junto a Inés Rodolfo Cuéllar y casi medio centenar de ejidatarios, o que fue “ocultado” por sus propios compañeros para evitar su arresto. La versión oficial de las autoridades estatales y municipales, es que ambos “se encuentran escondidos en algún domicilio cercano al lugar donde acontecieron los hechos”.

Varios policías municipales y estatales fueron tundidos por comerciantes y ejidatarios y están graves, según los reportes médicos. A uno de ellos se le tuvo que amputar una pierna, luego de ser herido por un escopetazo “accidental” que algunas versiones atribuyen a otro uniformado.

Otros fueron heridos con machetes y objetos contundentes. Al atardecer, en uno de los momentos de calma, el gobernador priista de la entidad, Enrique Peña Nieto, arribó a Texcoco para percatarse de lo ocurrido e iniciar una negociación con los atenquenses que exigen la liberación de los habitantes de San Salvador Atenco y que mantienen retenidos en esa población a algunos uniformados.

La situación es delicada, sobre todo, porque se anunciaba el arribo del “subcomandante insurgente Marcos” que en días pasados estuvo en ese lugar en “La Otra Campaña”, incitando a los asistentes a sus actos a “levantarse en armas”.

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