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Pulso político

Francisco Cárdenas Cruz

Si ese despliegue policiaco registrado desde la tarde hasta la media noche de ayer en los alrededores del World Trade Center, antes, durante y después del debate de los cinco candidatos a la Presidencia de la República, que convirtió a una amplia zona de los alrededores de ese inmueble en un virtual “estado de sitio”, es imaginable lo que ocurrirá el domingo dos de julio durante las elecciones federales que habrá ese día y los conflictos post-electorales que pudieran suscitarse.

La pregunta más repetida por las miles de personas que se vieron impedidas de entrar o salir de sus oficinas o domicilios particulares, mientras Andrés Manuel López Obrador, Felipe Calderón, Roberto Madrazo, Patricia Mercado y Roberto Campa confrontaban sus mismas propuestas de campaña, y entre puya y puya se comprometían a respetar el resultado de la elección, coincidían en privilegiar el diálogo y las coincidencias que posibiliten la reconciliación que el país y los mexicanos exigen, fue si éstos acudieron a un debate de ideas o fueron a la guerra, ante la presencia de contingentes policiacos, armados de escudos, toletes y máscaras antigases, listos para enfrentar a los grupos simpatizantes del candidato de la coalición Por el Bien de Todos -“atencos”, “panchos villas”, “panteras”, ambulantes, tianguistas y “cegeacheros”- que desde el atardecer comenzaron a acercarse al WTC para esperar el arribo de los candidatos.

Esas movilizaciones originaron que la circulación en la avenida Insurgentes Sur en ambos sentidos fuera a vuelta de rueda y que calles y avenidas de las colonias Nápoles y Del Valle, cercanas a la sede del debate, fueran cerradas por los uniformados armados y civiles, hombres y mujeres, pertenecientes a las diversas corporaciones policiacas.

Por más que el atentado ocurrido a temprana hora de la mañana a la señora Cecilia Gurza, esposa del empresario argentino Carlos Ahumada, cuya camioneta conducía su chofer y dentro de la cual iban los tres hijos del propietario del Grupo Quart a los que llevaba al colegio, y del que milagrosamente todos salieron ilesos -lo que evitó que, al menos ayer como se había anunciado, ella y sus abogados dieran a conocer los videos que presuntamente involucran a prominentes miembros del PRD-, puso en alerta al Gobierno Federal y capitalino y a todas las policías, obligándolas a redoblar la vigilancia dentro y fuera del WTC, pero lo de ayer fue un exceso.

Por eso muchas personas que quedaron atrapadas en sus oficinas o que no pudieron llegar a sus domicilios en esa amplia zona próxima a ese inmueble se preguntaban indignadas si los candidatos a la Presidencia de la República fueron a un debate o una guerra porque si eso es lo que veremos antes, durante y después del dos de julio, cuidado.

Mejor será que los candidatos, como lo reconocieron anoche, emprendan el camino a una reconciliación nacional que tanta falta hace, antes de que se siga llevando al país a más violencia.

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