Nulidad, si la elección fue contraria al sufragio estaría a favor de ella el titular del Tribunal.
Pesan hoy, y mucho, esas palabras que el presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Leonel Castillo González, pronunciara el lunes cinco de junio pasado en la conferencia magistral que sobre Justicia Federal ofreció en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, al advertir que ?cuantas veces se compruebe que una elección no es auténtica, sea contraria al sufragio, yo votaría por la nulidad? .
Ahí mismo, el magistrado sobre el cual está fija la atención de la opinión pública nacional e internacional porque el organismo que preside analiza las más de 350 impugnaciones a la elección presidencial presentadas por la coalición Por el Bien de Todos, el PAN y la Alianza por el Cambio para calificar de manera definitiva e inatacable del proceso y resolver si fue o no válido, y dar a conocer, antes del seis de septiembre próximo, si hay o no un ganador de la contienda -de lo que hoy se proclaman Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador-, hizo un llamado a los ciudadanos a ?no temer a la palabra judicialización del proceso electoral? ni tampoco a escándalos ?ni a permitir que cualquier fenómeno social, natural o policiaco, influya en su tranquilidad y libertad para votar? .
El presidente del TEPJF -responsabilizado ayer de resolver el ?recurso madre? que presentó la coalición de izquierda- dejó claro entonces que en el proceso electoral, que por aquellos días entraba a su recta final, debería haber equidad y que ningún candidato avasallara con sus recursos o influencias a sus opositores, como estaba ocurriendo y que motivó protestas y querellas de dirigentes y representantes de los partidos contendientes ante el Instituto Federal Electoral, instancia a la que recurrieron de manera reiterada.
Y ese mismo día, en una conferencia de prensa en el Museo Franz Mayer, en la que también estuvieron Luis Carlos Ugalde, consejero presidente del IFE, y María de los Ángeles Fromow, la titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales -que a pesar de las denuncias presentadas por irregularidades en los comicios ha guardado silencio o ha evitado imponer las sanciones penales correspondientes-, Castillo González reconoció que cualquiera de las fuerzas políticas que participaban en la contienda podría impugnar las casillas y que en caso de comprobarse que se realizó alguna acción que lleve a la cancelación de dicha mesa receptora de votos, ?se anulará la votación? .
Palabras pronunciadas por el hombre que encabeza la máxima y última instancia electoral en la que él y seis magistrados más están inmersos en el análisis de las centenares de impugnaciones, tarea que deberá concluir el 31 de agosto para, antes del seis de septiembre, dar a conocer su fallo, que será definitivo e inatacable y que hoy pesan enormemente rumbo a una calificación que podría despejar dudas y sospechas o llevar al país a la desestabilización social y a la ingobernabilidad que ningún mexicano desea.