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Pulso político

Francisco Cárdenas Cruz

Acampan perredistas,

permanecerán hasta

que el Tribunal falle.

Mientras que Felipe Calderón acudía a la sede del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para asegurarles a los siete magistrados de la Sala Superior que él ganó “limpiamente” la elección presidencial del domingo dos de julio, Andrés Manuel López Obrador volvió a congregar a más de un millón y medio de personas en el Zócalo capitalino y calles aledañas para exigir el recuento voto por voto, tras lo cual convocó a la multitud a permanecer día y noche en 47 campamentos en ese lugar y a lo largo del corredor Centro Histórico-Paseo de la Reforma, hasta que la máxima instancia calificadora de los comicios ordene abrir los paquetes y realizar un nuevo cómputo en las 130 mil 477 casillas.

Desde el corazón de la República, el perredista tabasqueño demandó un nuevo recuento de votos porque “esto es lo que va a tranquilizar al país, va a dejar satisfechos a todos” y reiteró su ofrecimiento de que si el que fuera su opositor panista lo acepta, él va a respetar el resultado dado que no va a aceptar una elección de engaño porque “México no merece ser gobernado por un presidente espurio, por un mandatario sin legitimidad moral y política”.

También recordó que la democracia no es sólo el mejor sistema de Gobierno sino también el método más eficaz para garantizar la convivencia, generar equilibrio y contrapeso, y evitar “que unos cuantos se comporten como dueños absolutos del poder público”.

En su mensaje, en lo que fue su tercera asamblea informativa, en el que admitió que confía en que el Tribunal Electoral valore debidamente todas las impugnaciones presentadas por la coalición Por el Bien de Todos, hizo referencia a Francisco I. Madero cuando ofreció convertirse en guardián de dos principios básicos como la no-reelección y el sufragio efectivo, para señalar que el presidente Vicente Fox no lo hizo y se convirtió en “un traidor de la democracia”.

López Obrador propuso a los miles de asistentes que atiborraron la plaza de la Constitución y calles y avenidas próximas -varios miles marchaban aún desde el museo de Antropología cuando inició su intervención- a permanecer ahí día y noche, “hasta que se cuenten los votos y tengamos un presidente”, y anunció que él así lo hará: vivirá en el Zócalo en espera de que el Tribunal resuelva ordenar el recuento, voto por voto, casilla por casilla. Propuso la instalación, en la misma plancha de concreto, de 31 campamentos correspondientes a las entidades federativas y de 16 más, por cada una de las delegaciones capitalinas, mismos que desde anoche congregaron a los lopezobradoristas, con el ofrecimiento de que serán actos pacíficos y una disculpa por los trastornos que eso originará a los capitalinos y a muchos que no votaron a su favor.

Con ello se radicalizan las acciones de sus partidarios y simpatizantes hasta que el Tribunal resuelva si se realiza o no ese recuento total de votos que exigen para limpiar la elección.

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