No reprimir, pide AMLO al Ejército; insiste en que su movimiento es pacífico.
A 48 horas de que los diputados y senadores del Partido de la Revolución Democrática y Del Trabajo tomaran la tribuna de la Cámara de Diputados para impedirle al presidente Vicente Fox que ni siquiera intentara entrar al salón de sesiones, en lo que fue un ?ensayo? de lo que ocurrirá el primero de diciembre si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación califica válida la elección presidencial y declara al panista Felipe Calderón presidente electo. Andrés Manuel López Obrador reiteró ayer su compromiso de que el movimiento que encabeza seguirá actuando de manera pacífica y en víspera de que aquél emita su fallo, pidió al Ejército respetar la voluntad ciudadana y a ?no caer en la tentación de cumplir órdenes para reprimir al pueblo?.
Ante miles de partidarios y simpatizantes congregados en el Zócalo de la Ciudad de México, en donde encabezó su séptima asamblea informativa dominical, por primera vez desde que se iniciaron las acciones de resistencia civil pacífica, el perredista tabasqueño se dirigió al Ejército, al que pidió ?que no se disfrace de Policía Federal Preventiva? porque ?es del dominio público? que ésta ?pertenece al Ejército?, y demandó que tampoco se utilice al Estado Mayor Presidencial para reprimir a los mexicanos, luego que miles de elementos de ambas corporaciones participaron en el bloqueo policiaco-militar en los alrededores de la sede del Congreso de la Unión en San Lázaro.
Ése fue, precisamente, el detonante del que echó mano Carlos Navarrete, coordinador de los senadores del Sol Azteca para que éstos y los diputados de su partido tomaran la tribuna en la apertura de sesiones de la 60 Legislatura, advirtiendo que no se moverían de ella hasta que se ordenara el retiro de un cerco de seguridad que se tendió dentro y fuera del recinto legislativo de San Lázaro y que resultó tan espectacular como estéril, ya que Fox llegó en helicóptero a un sitio próximo al recinto y del que se retiró en la misma forma, luego que se le impidió pasar siquiera del vestíbulo del ?Palacio Legislativo? en donde tuvo que entregar su último Informe de Gobierno, abandonar el inmueble y regresar volando a Los Pinos desde donde leyó su mensaje político por televisión, su medio favorito de comunicación a lo largo del sexenio.
Más allá de censuras y lamentos por lo sucedido el viernes pasado en el salón de sesiones de la Cámara de Diputados, el presidente simplemente cosechó lo que sembró no solamente antes, durante y después de la sucia campaña electoral a la que se sumó sin recato a favor de Calderón, sino a los odios y rencores que provocó a lo largo del sexenio por su estilo personal de gobernar y al desdén y burla con los que siempre trató a los integrantes del Poder Legislativo.
Lo peor es que si en las próximas horas el Tribunal Electoral valida la elección y declara presidente electo a Calderón, lo ocurrido el viernes en la sede del Congreso palidecerá ante lo que veremos el primero de diciembre, cuando éste tenga que asumir el cargo y los perredistas tampoco lo dejen acceder al salón de sesiones.
