?La iniciativa del hombre de
empresa ha sido siempre esencial para el crecimiento económico y el desarrollo social, la iniciativa de esos hombres insatisfechos siempre en movimiento, siempre capaces de allegarse y acumular recursos y ponerlos a producir, de organizar y dirigir el trabajo de otros y
hacerlo más eficiente, de descubrir y emplearlos para hacer más y mejores cosas, todo ello asumiendo riesgos, viendo al futuro y siempre dispuestos a experimentar, crecer empujados por una ambición, pero también por un ideal de
realización creadora?
Lorenzo Servitje Sendra.
Noviembre 18, 2004.
En la víspera de las elecciones del pasado 2 de julio, hubo un sin número de pronunciamientos a favor y en contra de los dos principales contendientes: Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón Hinojosa. Hoy en día, con todo y las impugnaciones de AMLO, quiénes participaron como funcionarios de casilla, representantes de los partidos en los comités distritales deben de sentirse ofendidos con el hecho de que López Obrador ahora dude de su trabajo y lo menosprecie sólo porqué los resultados no le favorecieron.
Creo que hoy el punto ya no es seguir el juego de lar argucias legaloides y dilatorias que AMLO nos presenta para poner inestabilidad en el país; un país que lo que necesita hoy más que nunca es salir adelante, aprovechar el momento histórico y llevar la estabilidad macroeconómica más allá de variables de escritorio a la promoción real del empleo.
Quizás, Felipe Calderón fue el que se pronunció más a favor de la promoción del empleo y ahora tendrá que tomar sus primeras decisiones más importantes: ¿a quién confiar el próximo despacho de las Secretarías de Economía, del Trabajo y de Hacienda y Crédito Público?.....Quién quiera que sea; tanto Felipe Calderón como sus más cercarnos colaboradores, deberán de entender que si lo que quieren es más y mejores empleos para México; primero tiene que haber más y mejores empresarios.
Y tratar con empresarios, que desean arriesgar capital, es entender que son gente especial que requiere de que se les comprenda de acuerdo al siguiente perfil:
Pertenecen a la clase de personas que no puede trabajar para otra. No lo digo en un sentido negativo. Los que logran poner en marcha su propio negocio suelen venir de familias cuyos padres trabajaban por cuenta propia. Por lo común, es más fácil conseguir un trabajo en una empresa que iniciar un negocio propio. No es extraño que quienes se abren paso por sí mismos hayan tenido el ejemplo directo de sus padres.
Es un empleado pésimo. Sin paliativos. Muchos de los que ponen un negocio propio han sido despedidos o se han ido de varios trabajos. No me refiero a despidos por falta de trabajo o de cambios a otros trabajos mejor pagados: sólo le pidieron que se marchara o se fue antes de que le echaran. Hay que pensar en ello como si fuera el mercado el que dijera que la única persona capaz de motivarle y dirigirle con eficacia es usted mismo
Es de los que ven varios significados en el término «estabilidad laboral». Pueden sentir envidia por las pocas personas que conocen que han permanecido con un solo empleador 25 o 30años. Se sienten segurísimos. Pero, ¿a cuánta gente conoce que pueda estar en una empresa durante tanto tiempo? En una economía tan cambiante, la estabilidad laboral se está tornando efímera de forma alarmante.
Han alcanzado su techo o no tienen expectativas. A veces, la motivación para embarcarse en el negocio propio viene de haber subido todo lo que se podía en nuestro escalafón, mirar alrededor y pensar «y ahora, ¿qué?». Un éxito precoz puede resultar maravilloso, pero una jubilación anticipada puede hacer de gente enérgica y motivada auténticos chiflados. Ya ha estudiado el mercado. No se empeña en el proyecto sin antes asegurarse de tener buenas posibilidades de que aparezcan los clientes. Su familia lo apoya. Iniciar un negocio resulta estresante en el mejor de los casos.
Sabe que no puede hacerlo sólo.
Debemos recordarles a todos nuestros políticos que en sus campañas propusieron crear cientos o miles de empleos.....pero los empleos no los pueden crear ellos, los crean ese grupo de hombres y mujeres hoy no tomados en cuenta que son: los empresarios.
El autor es Coordinador de las Maestrías en Administración y Alta Dirección y Calidad de la Universidad Iberoamericana
Laguna.
e-mail: rodolfo.luna@lag.uia.mx
