Alguien me decía que no había escuchado pronunciamiento alguno de los norteamericanos sobre quién fuel el ganador de las elecciones presidenciales. De entrada, no sería muy apropiado hacerlo cuándo aún no se tiene un anuncio por parte del IFE respecto a quién resultó el ganador y más aún cuando sigue la sombra de una eventual impugnación y la posibilidad de discutir el resultado electoral en los tribunales.
Sin embargo, los resultados del PREP del IFE se antojan casi irreprochables y dan como claro ganador a Felipe Calderón con una diferencia cercana a los 400 mil votos (casi la población votante de toda una zona conurbada mediana como Aguascalientes, Chihuahua o la misma Laguna). Y es en esos resultados en que tanto los mercados cambiaros (tipo de cambio), de dinero (tasas de interés) y de capitales (Bolsa de Valores) han reaccionado de alguna manera ya ?descontando? o dando por hecho dos cosas: 1) Qué México vivió un proceso electoral limpio, sin fraudes; en una palabra: democrático y 2) Qué para nadie es secreto que la postura de las grandes empresas e inversionistas era de total desconfianza para Andrés López Obrador.
Y es que así los números nos lo dicen; de entrada vimos como entre éste lunes y martes el tipo de cambio peso-dólar tuvo una reducción, es decir; de casi $11.60 pesos por dólar que se pagaban hace poco más de una semana, hasta ayer la cotización era de $11.18 (3.62 por ciento en menos de siete días, lo que nos da una apreciación anualizada de 186.17 por ciento). Lo anterior se explica por la repatriación de dólares al país por dos factores, el primero porqué en el corto plazo, las tasas de interés en Estados Unidos parecen estar controladas lo que hace que el dinero busque formas de crecer más y la segunda porqué esos dólares que habían salido del país para resguardarse ante un eventual riesgo de una victoria de la izquierda; hoy regresan al encontrar lo que consideran condiciones más seguras para la inversión.
Por otro lado, también las tasas de interés van ligeramente a la baja, buscando premiar más a la inversión con riesgo; y cuándo se habla de riesgo, la Bolsa de Valores denota que en tan sólo dos días (anteayer lunes y ayer martes) el IPyC de la BMV acumula una ganancia de más de seis puntos porcentuales.
De hecho, las condiciones macroeconómicas (inflación, deuda externa, crecimiento del Producto Interno Bruto) han sido a lo largo del año muy buenas, también los reportes corporativos de las empresas que cotizan en Bolsa se esperan muy buenos para el segundo trimestre del año. Dicho de otra manera, la crisis que recientemente vivimos de un desplome de la Bolsa y una apreciación del tipo de cambio a niveles de $11.60 se debió en su mayoría al factor inflación en Estados Unidos (EU) y aumento de tasas de interés así como a la incertidumbre de un eventual triunfo de López Obrador que entre algunas de sus declaraciones llegó a decir que pensaba reformar la Ley para quitarle autonomía al Banco de México y de ahí, entonces; tomar dinero de las reservas internacionales. Ignorando que en mucho, el valor de circulante, la capacidad de pago del país, la estabilidad cambiaria y el control de las tasas de interés van directamente relacionados con el nivel de reservas que el país tenga.
Así, pues; inversionistas mexicanos y sobretodo inversionistas institucionales extranjeros, sin decirlo; legitiman la decisión de los mexicanos. Por lo pronto no es necesario un pronunciamiento directo del empresariado o de algún gobierno extranjero.
Andrés López Obrador, está en su derecho de impugnar las elecciones e ir a la Corte si es preciso, pero debe de entender que no todo el país es el Distrito Federal ni tampoco que el desdeñar a la clase empresarial e ignorar a la clase media fueron las mejores estrategias y hoy le han pasado la factura.
El autor es Coordinador de las Maestrías en Administración y Alta Dirección y Calidad de la Universidad Iberoamericana
Laguna.
e-mail: rodolfo.luna@lag.uia.mx
