He recibido un sinfín de correos electrónicos en los que me ?invitan? a que el próximo primero de mayo no compre ningún producto de procedencia estadounidense en apoyo a nuestros compatriotas allende nuestras fronteras que luchan por que se les reconozcan sus derechos en Estados Unidos tales como tener la libertad de trabajar, obtener salarios iguales a sus compañeros americanos, gozar de seguridad social y sobre todo dejar de ser perseguidos por las autoridades migratorias so pena de ser tratados como criminales y ?lo peor- ser deportados a México.
En lo personal creo que si dejamos de comprar productos americanos por día, no pasará absolutamente nada, al día siguiente tendremos que comprarlos; es tal la dependencia que tenemos de los Estados Unidos que es imposible imaginarnos sin ellos. Desde que el sostenimiento de nuestras variables macroeconómicas (inflación, crecimiento, estabilidad) depende de la cantidad de dólares que tengamos en reservas o que nuestro crecimiento depende ?en mucho- de la cantidad de empresas transnacionales que se instalen en nuestros parques industriales o que nuestra pirámide nutricional ?basada en maíz, fríjol, trigo y arroz- depende de la cantidad de importaciones que de dichos productos hagamos de los Estados Unidos.
De hecho, las condiciones macroeconómicas de relativa estabilidad que vivimos en la actualidad, en mucho; son en consecuencia de haber firmado y llevado a la práctica un Tratado de Libre Comercio con Norteamérica. Y es tan ejemplar dicha experiencia que a la fecha países como Chile, Perú y la región de Centroamérica tienen suscritos tratados comerciales de la misma naturaleza ?tomando siempre en cuenta la experiencia de México- que dichas naciones buscan llevar la oportunidad de comerciar con el mercado más grande del mundo: Estados Unidos.
De hecho, si analizamos el porqué de que existen más de 14 millones de mexicanos en Estados Unidos (casi 15 por ciento de la población actual de México) es porqué nuestro país no pudo darles empleo, ni seguridad social, ni alentó la actividad agrícola e industrial en sus comunidades, los discriminó laboral y étnicamente y ahora ellos, en Estados Unidos, han encontrado algunos y otros buscan; lo que aquí ni siquiera podían soñar: prosperidad.
El Gobierno de México sostiene que la situación de los indocumentados es un problema común y que debe resolverse por la vía diplomática (aunque en éste sexenio la diplomacia mexicana se ha caracterizado por ser extremadamente tibia y sin un rumbo definido). Los Estados Unidos ven el problema de los ilegales como un problema en el que su vecino es muy pobre y lo que hace es exportar y fomentar el éxodo de gente y por ende ellos son los que deben de decidir -en forma unilateral- la que consideren la mejor política para solventar esa situación.
Por otra parte, para México; los ingresos por remesas, es decir por envíos de dinero que los mexicanos trabajando en Estados Unidos mandan a sus familiares en nuestro país, constituyen la segunda fuente de divisas sólo después del petróleo y antes que el turismo y la actividad maquiladora. Además después del Distrito Federal, la ciudad con más pobladores mexicanos es Los Ángeles California (con más de cuatro millones de mexicanos; más grande que Guadalajara y Monterrey). Esto conlleva a que las economías de estados como Durango, Guanajuato, Michoacán, Zacatecas, Guerrero, Hidalgo, San Luis Potosí dependan ?fuera de sus capitales- casi en su totalidad de dichos envíos.
Por lo que debemos de luchar es por crear más y mejores empresas, mejor educación y exigir al Gobierno un papel más comprometido con la creación de bienestar; que gaste menos (ejemplo los más de 170 millones de pesos que los tres partidos: PRI, PAN y PRD han gastado ya en campañas presidenciales que no benefician a nada ni a nadie) e invierta más.
No está en nuestras manos resolver un problema entre países con economías tan diferentes: ¿Cuándo se ha enterado usted de un problema migratorio entre Estados Unidos y Canadá?...¿O que Canadá ya no sepa que hacer con tanto bracero de Estados Unidos o viceversa?....Eso no sucede porqué los canadienses se han preocupado y ocupado de hacer de su país una nación próspera en el que no existan la necesidad de emigrar porqué en su país tienen lo que buscan.
Así pues; si usted es de los ingenuos que piensa que con dejar de comprar un día productos importados de Estados Unidos; mejor no lo haga; porqué muchos de esos productos fueron elaborados por manos mexicanas y en una de esas se crearía una baja en la demanda de los mismos y un eventual despido masivo de trabajadores que tendrían que regresar para acá y entonces.....¿qué hacemos con ellos?
El autor es Coordinador
de las Maestrías
en Administración
y Alta Dirección
y Calidad de la
Universidad Iberoamericana Laguna.
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