Londres, (EFE).- Un británico se había propuesta la hazaña de dar la vuelta a la Antártida en una barca de remos, pero terminó estrellándose contra las costas de las Malvinas, muy cerca del punto de partida, a las pocas horas de comenzar la expedición.
Colin Yeates, de 47 años y paisajista jardinero de profesión, tan sólo logró dejar atrás 50 millas de las 11,300 que se había propuesto cubrir en su histórico viaje en solitario en torno al continente blanco.
Yeates consiguió resistir en el mar 32 horas antes de que su embarcación fuese arrojada por la marea contra las rocas de Volunteer Point, cabo muy próximo a Puerto Stanley, de donde había salido.
Quien se creía intrépido aventurero, que no había perdido de vista en ningún momento la línea costera del archipiélago, logró hacer una llamada solicitando socorro a la policía, que envió en su busca a un granjero local.
Como explica el diario londinense "Daily Telegraph", que da la noticia, fue el final "ignominioso" de lo que el propio Yeates había calificado de "intento personal de convertirse en la primera persona en remar sola y sin ayuda alguna" en torno a la Antártida.
Yeates, que había planificado el viaje durante cuatro años, adelantó las celebraciones navideñas con su esposa y sus hijos antes de volar a las Malvinas el 22 de diciembre.
Su portal de Internet, destinado a cualquiera que lo quisiera consultar, señalaba los lugares peligrosos por los que se proponía pasar en su valiente periplo.
El aventurero, que sirvió en el buque Queen Elizabeth 2 cuando se dedicó al transporte de tropas durante las guerra de las Malvinas, mencionaba entre sus seguros retos olas de una altura equivalente a un edificio de cinco pisos, hielo y niebla.
Pese a todo, no requeriría ninguna ayuda adicional, ni siquiera en forma de víveres para una aventura que podría durar, según sus cálculos, unos diez meses y medio.
Su embarcación, construida en Christchurch (Dorset, Inglaterra), había sido diseñada para resistir el embate de las olas más fuertes y transportar hasta 1.7 toneladas de suministros.
El periplo debía comenzar y terminar en Las Malvinas. Algo que ocurrió de hecho, aunque de forma totalmente inesperada para él y sus posibles, y ahora defraudados, admiradores.