Al margen de las consideraciones jurídicas, que al final serán las decisivas, hay cuatro poderosas razones políticas para exigirle la renuncia a Mario Marín, gobernador de Puebla.
1.- ¿Habrá más grabaciones? No se necesita ser adivino para suponer que Kamel Nacif es alguien que a lo largo de su vida ha sabido coleccionar enemigos. Imposible en este momento saber quién hizo las grabaciones, pero el sentido común indica que cualquiera que las haya realizado es alguien que tiene mucho más material guardado. El audio entregado a La Jornada incluye en total doce conversaciones que suman poco más de 42 minutos. Por el contenido de los diálogos se infiere que las grabaciones fueron realizadas entre el día de la detención de Lydia Cacho (el viernes 16 de diciembre) y el día en que se le declara auto de formal prisión (viernes 23), es decir una semana. Pero el material dado a conocer solamente incluye las llamadas que están relacionadas con el caso de la periodista; seguramente existen muchas otras conversaciones sobre aspectos triviales y otras tantas sobre temas no tan triviales. La manera en que se expresa Kamel Nacif, su tendencia a utilizar el tráfico de influencias y el negro historial del que nos hemos ido enterando a través de las notas periodísticas, permiten suponer que seguramente hay muchos otros temas escabrosos para políticos y empresarios vinculados a “el Rey de la Mezclilla”.
Por otro lado, es difícil creer que las grabaciones hayan comenzado justamente el día en que el empresario mandó policías a Cancún para traer a la periodista (en palabras del propio Kamel). Lo más probable es que le hubiesen estado grabando desde semanas antes y que el escándalo mediático que provocó la detención irregular de Lydia Cacho haya animado a los “escuchas” a divulgar exclusivamente lo referente a ese caso. Sólo podemos especular sobre el contenido de otros temas que estén grabados, pero no es difícil asumir que algunos de ellos podrían ser igualmente explosivos. Es evidente que los responsables de la intervención telefónica y de su posterior divulgación, no profesan cariño alguno al “gobernador precioso” o a su Gobierno. Los que han ayudado a Kamel Nacif (o se hayan dejado “ayudar” por él”) vivirán algunas semanas o meses con el desasosiego que representa la posibilidad de convertirse en carne de escándalo en cualquier momento. El riesgo para las élites poblanas, funcionarios federales y alguno que otro gobernador, continuará en la medida en que gobernador Marín siga siendo motivo de repudio nacional.
2.- Desgaste para Madrazo. El escándalo todavía es muy reciente como para verlo reflejado cabalmente en las encuestas de intención del voto. Pasarán algunas semanas antes de apreciar su impacto definitivo. Pero no serán buenas noticias para Madrazo. Quizá no provoque un descenso drástico en el porcentaje de simpatizantes, toda vez que el PRI es el partido con la mayor proporción de voto duro. Los que decían que habrían de votar por Madrazo en enero, lo tenían decidido aún después de conocer los escándalos sobre la fortuna de Montiel, la exhibición de las propiedades del mismo Madrazo, y los dimes y diretes con la maestra Elba Esther Gordillo. Eso significa que las infamias de Mario Marín probablemente no disuadirán a muchos votantes priistas. No se han enterado de algo que no supieran o sospecharan.
Sin embargo, el voto duro priista, de alrededor de diez millones, no alcanza para ganar una elección presidencial. Madrazo necesita otros cinco o seis millones para aspirar a una victoria. Y justamente allí es donde el impacto de estas grabaciones afecta crucialmente las posibilidades del candidato priista. El porcentaje de los que sostienen que no votarían por Madrazo es mucho más alto que el de sus contrincantes y es una cifra negativa que crece con cada escándalo. El repudio que provoca en la opinión pública el comportamiento del gobernador poblano, esfuma las posibilidades que tiene Madrazo de atraer el voto de un elector aún no comprometido. Entre más tiempo sigan al aire los vericuetos del gobernador impugnado, mayor será el efecto contra las pretensiones de Madrazo.
3.- Un Gobierno de escarnio. A Mario Marín le será imposible quitarse el mote de “gobernador precioso”. Sus posibilidades de hacer una gestión medianamente decorosa en favor de los poblanos son prácticamente nulas. Ya hay canciones con el texto del dialogo entre Kamel y Marín; y teléfonos celulares que en lugar de música o tonos responden con frases tales como “mi gober precioso, mi héroe” o “te mando dos botellas bellísimas”, ambas en audio original. ¿Qué posibilidad tiene un mandatario objeto de tal escarnio para entablar relaciones con otros gobiernos, dependencias federales, grupos empresariales nacionales o el resto de los factores de poder?
4.- Quiebre moral. Resulta inadmisible conservar a un gobernador a quien sabemos capaz de vender la justicia para favorecer a un personaje como Kamel Nacif, protector del pederasta confeso Succar Kuri. Con conocimiento o sin él, el gobernador terminó apoyando a la red de protección vinculada al crimen organizado. Los peritajes afirman lo que toda la población sabía de antemano: la grabación es auténtica. En cualquier país democrático habría renunciado el servidor público sorprendido en una conversación tan deleznable con un empresario amafiado que tenía como fin torcer la Ley para castigar a una periodista. Están de tal manera esterilizados ante cualquier consideración ética, que Marín y sus colaboradores todavía no perciben la magnitud de la infamia cometida. No hay asomo de vergüenza, ni arrepentimiento. Creen que con el mero hecho de negar que se trata de su voz y esperar a que se calmen las aguas, podrán librarse del temporal. No es así. Este país no podrá cambiar hasta que hagamos responsables de sus actos a los que dirigen nuestros destinos. El gobernador del escarnio debe hacerse a un lado para que la sociedad poblana restañe heridas, para que su partido recomponga sus filas. Si pasamos por alto esta ignominia, si Marín sigue gobernando como si nada hubiese pasado, los ciudadanos habremos aceptado que los kameles y marines pueden reinar con toda impunidad y sobretodo, habremos perdido toda esperanza de aspirar a un país mejor.
(jzepeda52@aol.com)
