El ritmo de la vida moderna provoca que el individuo se deje influenciar por lo que dicta la publicidad
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- La insatisfacción consigo mismo se ha vuelto una cuestión común entre los jóvenes actuales, dice la psicóloga, Gabriela Reyes, se ha reducido la identidad a la apariencia física y se han dejado de lado aspectos internos.
Refiere que una de las consecuencias de la vida moderna es que las personas están más ocupadas en otros asuntos, el ritmo de vida resulta acelerado y el individuo termina por dejarse llevar por lo que dicta la publicidad antes que lo que verdaderamente necesita.
?Esta situación lleva a la persona a crearse la necesidad de verse como le dicta la publicidad, con ciertas medidas y proporciones difíciles de alcanzar de forma sana, que sería a través del ejercicio y una alimentación balanceada?, manifiesta.
La psicóloga comenta que es entonces cuando la gente, principalmente los jóvenes, recurren a métodos adelgazantes que van desde los masajes reductivos hasta la ingesta de pastillas o incluso, la cirugía estética.
?Hay una crisis de identidad en la persona de forma individual pero también en el seno familiar, los integrantes de la familia presentan un mayor alejamiento, y sobre todo en la adolescencia, se busca la aceptación en los amigos y el medio ambiente en que se desenvuelven, con todas las demandas estéticas que ello requiere?, indica.
?Tratamos de vernos mejor y cumplir con los estatutos de belleza que nos marca el mundo exterior, pero esto se lleva al extremo por la soledad que existe en cada uno de nosotros, que se llega a manifestar en una incomodidad con uno mismo?.
Gabriela Reyes explica que el joven intenta subsanar las carencias internas con mejoramientos exteriores, que llegan a requerir de una intervención quirúrgica, en el caso de quienes se operan alguna de sus facciones u optan por dietas extremas, que ponen en riesgo su salud.
Valores por recuperar
Para la psicóloga, Gabriela Reyes, es necesario recuperar los valores internos y dejar de privilegiar el exterior de las personas.
-Reflexionar sobre las necesidades reales individuales, y no las que marca la publicidad.
-No reducir la identidad como personas a la apariencia.
-Dar el valor a cada etapa de la vida y no negar el paso de los años a través de la cirugía.
-Buscar el tiempo para establecer relaciones y crecer internamente.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
