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Realiza EZLN funeral de Ramona en secreto

El universal-AEE

Oventic, Chiapas.- El funeral de la comandanta Ramona fue en secreto, en una ceremonia estrictamente familiar, en la que el subcomandante Marcos y la dirigencia zapatista sólo participaron de una manera aleatoria, para rendir un postrer adiós a la compañera de armas, de tan sólo 47 años de edad, indicaron fuentes allegadas al EZLN.

Ella empezó su actividad guerrillera aproximadamente en 1984, cuando apenas frisaba los 21 años, no se sabe si dejó hijos o marido, pero se despidió del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) con un último mensaje de esperanza sobre los objetivos de La Otra Campaña cuando, ya afectada de gravedad, vio el inicio de ésta, en La Garrucha.

Mientras tanto, la comandancia zapatista analiza la reestructuración del recorrido que suspendió momentáneamente el subcomandante Marcos, así como un posible replanteamiento del formato con que se desarrollan las reuniones y como se efectúa el recorrido.

En algún lugar de las montañas, dentro del extenso territorio que compone Oventic, sus familiares velaron sus restos; su cuerpo será enterrado, como rezan las costumbres de estas apartadas regiones: “por el lugar donde caminaban, en su lugar preferido donde descansaba al subir la montaña”.

Mientras, allá abajo, en la planicie de San Cristóbal, organizaciones civiles y no gubernamentales rindieron también un postrer adiós a la mujer indígena en las instalaciones de la Universidad de la Tierra, ubicado en un extenso predio invadido por el EZLN en 1994, para iniciar ahí la construcción de ese instituto.

Ayer desde las primeras horas de la mañana, grupos de reporteros emprendieron el ascenso por las intrincadas carreteras de San Juan Chamula-Larráainzar-Oventic, región –esta última- enclavada en la punta de las montañas, en medio de una espesa niebla, a más de 30 kilómetros de carretera por lo más intrincado de la montaña.

En el trayecto, podían verse pequeñas hileras de mujeres, hombres y niños indígenas subiendo por el arroyo del camino, cubiertos con chales y gruesos mantos negros, apenas visibles entre la bruma de las 6:00 de la mañana, bajo una tenue lluvia que no dejó de caer hasta pasado el medio día, sin que apareciera por ahí la caravana del subcomandante Marcos.

En Oventic, a la entrada de El Caracol –forma de autogobierno que se han dado los municipios autónomos zapatistas- centinelas desarmados y sin pasamontañas advirtieron desde temprana hora a los periodistas que no habría ningún acceso, por instrucciones expresas de la Junta de Buen Gobierno.

La espera fue infructuosa, hasta las 15:00 horas no hubo indicios de la presencia del subcomandante Marcos ni de la comandancia general del EZLN. La espesa niebla impidió también descubrir algún tipo de movimiento o tránsito especial, pues sólo podía verse a no más de 15 metros de distancia, que sólo dejaba a ver a los caminantes como fantasmas entre un manto blanco.

A unos cuantos kilómetros de ahí, en San Andrés Larráinzar, tampoco pudo detectarse ninguna ceremonia especial, salvo un ritual religioso en la iglesia del pueblo, donde un grupo de mujeres se arrodilló en un semirrectángulo, al pie de las figuras de yeso y cerámica de San Pedro, ante las que quemaron incienso.

Según las tradiciones del lugar, las ofrendas de incienso representan la comunicación con Dios a través de las nubes y la emanación de un manto protector para la buena suerte de todos a los que rodea ese manto de humo, olor a copal. Es una de las razones por las que -dicen- se fundó El Caracol de Oventic, porque las nubes y la bruma los protegen, allá en lo alto.

El funeral de la comandanta Ramona se realizó a una temperatura de cercana a los dos grados, que es el clima normal de la región, donde ni así las mujeres se permiten debilidades y siempre lucen sus largos faldones, por donde se cuela el viento frío, que quema y curte su piel.

Aquí, el pasamontañas es algo más que un símbolo, es una necesidad; es parte de su piel y de su rostro para protegerse de ese frío, de la lluvia y también de la persecución de caciques o del Gobierno. Es algo más que “un calcetín en la cabeza”, con el que la gente se enseña a descubrirse por los ojos. Sin embargo, en los días luminosos, cuando escampa la bruma, a veces los calores llegan a los 40 grados y también queman y curten. Esta fue la región donde nació la comandante Ramona, una mujer de las cañadas, de los montes y de los valles.

“El mundo perdió una de esas mujeres que paren otros mundos; México perdió a una de esas luchadoras que le hacen falta; y a nosotros nos arrancaron un pedazo de corazón”, diría el subcomandante Marcos en ese día aciago, en Tonalá, Jalisco, cuando a las 16:20 horas del viernes dio a conocer su deceso.

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