Cierran cerca de 80 negocios hispanos como muestra de solidaridad con la causa.
AP
WISCONSIN, EU.- Miles de personas salieron a las calles ayer jueves en lo que se llamó ?Un día sin latinos?, para protestar por los esfuerzos en el Congreso para detener el flujo de indocumentados.
La Policía calculó que más de diez mil personas participaron en la protesta y marcha hacia el centro de Milwaukee. Los organizadores indicaron que habían sido 30 mil.
?Venimos a trabajar, no a ser discriminados?, dijo Juan Hernández, quien dijo que su jefe le dio permiso para unirse a la protesta, así como a más de una decena de otros trabajadores de restaurantes. ?Queremos ser iguales?.
Aproximadamente unos 80 negocios propiedad de hispanos en el sector sur de la ciudad permanecieron cerrados todo el día o parte de éste como muestra de solidaridad con la causa.
Los manifestantes se oponen a un proyecto de Ley aprobado en diciembre por la Cámara de Representantes que convertiría en delito grave el encontrarse en territorio estadounidense en forma ilegal. La propuesta también impondría nuevas penas a los empleadores que contraten a inmigrantes indocumentados y erigiría muros a lo largo de un tercio de la frontera entre Estados Unidos (EU) y México.
El título de la manifestación fue tomado a préstamo de la película de 2004 ?Un día sin mexicanos?, que analiza lo que sucedería en California si un día desaparecieran todos los hispanos que viven allí.
Vistiendo camisetas que afirmaban ?No somos delincuentes? y ondeando banderas estadounidenses, mexicanas y otras, miles de personas, jóvenes y viejos, escucharon a oradores de las comunidades empresariales y religiosas y a activistas políticos.
Raúl Alcántara estaba entre casi 100 empleados y maestros que no asistieron a la Universidad Técnica de Milwaukee para poder acudir a la marcha.
?Estamos totalmente en desacuerdo (con las medidas gubernamentales) porque este país está formado a base de inmigrantes?, dijo Alcántara, un profesor de matemáticas oriundo de México. ?Lucharemos juntos?.
También protestaron por la posibilidad de que los inmigrantes ilegales pierdan sus privilegios para conducir vehículos en los próximos años. Una nueva Ley federal requiere que a partir de 2008 los estados verifiquen si los que solicitan licencias de manejo son ciudadanos estadounidenses o residentes legales.
?Nunca cerraremos los ojos ante cualquier injusticia contra cualquier ser humano?, dijo Christine Neumann-Ortiz, presidenta de Voces de la frontera, la institución que organizó la manifestación.
Piden ver al ?ser humano?
El canciller de Ecuador, Francisco Carrión, instó ayer en su visita a Washington a que se vea ?el ser humano? detrás de la mano de obra del inmigrante en el debate sobre la reforma migratoria en el que está inmerso Estados Unidos.
Carrión se reunió con funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional, que se ocupa de temas de inmigración, y con la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, para intentar sensibilizar a sus interlocutores para que vean que detrás de la mano de obra inmigrante ?hay un ser humano?, dijo.
?El enfoque respecto a la inmigración debe ser un enfoque desde los derechos humanos?, remarcó Carrión. ?Queremos que el debate sea un debate sin prejuicios, un debate realista, haciendo ver la realidad de este fenómeno?, señaló Carrión.
Confesó que a su Gobierno le preocupa el tenor del debate migratorio en el Congreso de EU, donde dominan las llamadas a las medidas de mano dura contra la inmigración.
En este país residen entre 1.5 y dos millones de ecuatorianos, según cálculos del Gobierno ecuatoriano.
INSTA BUSH A DEBATE SERIO
El presidente de EU, George W. Bush, instó ayer a los legisladores a que celebren un ?debate cortés? sobre inmigración y aprueben un programa de trabajadores huéspedes.
?Podemos tener una política de inmigración importante, racional, basada en la Ley y que refleje nuestro profundo deseo de ser una nación compasiva y amable?, afirmó Bush desde la Casa Blanca, donde ayer mantuvo una reunión con representantes de grupos civiles y económicos sobre la reforma migratoria.
EU es una nación de inmigrantes, según el presidente, quien instó a todas las partes interesadas a que el debate sobre la reforma migratoria se aborde de forma seria y cívica.
?Debe hacerse de forma que no enfrente a unos con otros?, subrayó.
Tras reiterar que uno de los objetivos en este ámbito es garantizar la seguridad en las fronteras, Bush precisó que el programa de trabajadores huéspedes que defiende su Gobierno contribuirá a lograr esa meta. En su opinión, un programa de este tipo animaría a la gente a registrarse con el objetivo de saber su paradero y si hace un trabajo que los estadounidenses no harían.