EL UNIVERSAL-AEE
MÉXICO, DF.- Elsa Naveda es una de las ceramistas más reconocidas dentro del incipiente medio del arte hecho con barro en México. Incipiente porque no fue hasta los años 80, como se aprecia en la propia trayectoria de la artista, que la cerámica contemporánea empezó a tener espacio tanto en los museos como en algunas galerías mexicanas.
Ahora, después de que el año pasado tuviera una importante exposición en el Museo Universitario del Chopo, Naveda recibió una invitación para participar en un concurso privado para realizar el mural de cerámica más grande que se encuentre en un edificio en México, una obra monumental de cuatro por 16 metros. Después de ganar el concurso empezaron los problemas técnicos a resolver, así como los nervios propios de un encargo de tal envergadura.
El gran tablero conformado por 816 baldosas tendrá que competir con otras obras monumentales que lo rodean por todas partes, pues estará asentado en una galería de artesanías a inaugurarse en abril, misma que se sitúa a lado del Monte de Piedad, a un costado de la Catedral Metropolitana.
Inmensa es la plaza de la Constitución, descomunal también es la dimensión de la Catedral, grandioso es el complejo arquitectónico del Templo Mayor, majestuoso es el Palacio Nacional y señoriales son los otros edificios coloniales que rodean la plaza central de México.
Enormes también son los murales de Diego Rivera en Palacio Nacional o el monolítico disco de piedra de la magistral Coyolxauhqui. Pero habrá que ver cómo Elsa Naveda realiza este trabajo, con el cual los mexicanos podrán conocer su quehacer a través de lo que será esta importante pieza.
